Tras 40 horas de maniobras subterráneas, especialistas del INAH colocaron nuevamente la losa milenaria sobre el sepulcro del soberano maya La piedra que selló la tumba de Pakal, en el año 683 d.C., había sido removida y suspendida para explorar el interior del sarcófago tras su hallazgo en 1952 Hace mil 300 años un séquito acompañó los restos mortales del gobernante maya K’inich Janaab’ Pakal para ser depositados en una cripta, al interior del Templo de las Inscripciones, en la antigua ciudad de Palenque, en Chiapas. Ahora, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), tras casi 40 horas de maniobras subterráneas, colocaron de nuevo la lápida milenaria que selló originalmente el sarcófago. Las inscripciones jeroglíficas de Palenque relatan que el dignatario maya, también conocido como Pakal II, falleció y “entró al camino” el 28 de agosto de 683 d.C. Sin embargo, su reposo fue interrumpido un milenio después por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhu
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