Bolivia: Piezas arqueológicas permanecen en el exterior
ROBO. Réplica de la pintura sustraida de la cueva de Puma Machay que se encuentra en el Museo.
En Chuquisaca se registró uno de los últimos robos arqueológicos cuando se sustrajo una pintura rupestre de la cueva de Pumachay
Juan Pedro Debreczeni
Parte del patrimonio arqueológico de Bolivia no está en el país. Reliquias, piezas líticas, orfebrería, vasijas y otros objetos yacen en museos y colecciones privadas del exterior. Chuquisaca no es la excepción, una de las pinturas rupestres de la cueva de Puma Machay fue robada en 1991 y hasta ahora se desconoce su paradero.
Con motivo de la reciente devolución de la illa del Ekeko a Bolivia por parte del museo suizo de Berna, el tema del robo del patrimonio arqueológico volvió a cobrar vigencia. En 1858, el suizo Johann Jakob von Tschudi llegó a su país con una representación tiwanakota del Ekeko; 156 años después, tras las gestiones realizadas por el Gobierno, la pieza fue devuelta y presentada recientemente por el presidente Evo Morales.
Según el director del Museo Antropológico de la Universidad San Francisco Xavier, Edmundo Salinas, esta es sólo una muestra de cómo objetos arqueológicos de Bolivia fueron robados y/o vendidos a colecciones y museos privados de Europa y Estados Unidos.
“La verdad es América, Bolivia y otros países del mundo, hemos sido objeto de expoliación continua por parte de los museos y coleccionistas”, comentó.
LOS ROBOS
Salinas refirió algunos casos concretos de saqueo arqueológico como el del Museo de Estocolmo en Suecia que, según relató, tiene en su poder un gran lote de material proveniente de Tiahuanacu obtenido por el arqueólogo Erland Norderskiold a principios del siglo XX.
Del mismo modo, el arqueólogo norteamericano Wendell Bennett se llevó parte de las piezas encontradas en las ruinas de Tiahuanacu, colección que ahora se encuentra en el Instituto Smithsoniano de Estados Unidos.
TAMBIÉN EN CHUQUISACA
En la Colonia, el oidor de la Audiencia de Charcas, el sacerdote español Moxó y Francoli, fue uno de los primeros coleccionistas arqueológicos en este territorio. Con la creación de la República, los objetos en su poder terminaron en manos del entonces presidente Mariscal Andrés de Santa Cruz, que en un gesto de agradecimiento regaló el material al naturalista francés Alcide D'Orbigny, que debía llevar los objetos al Museo de Historia Natural de París, sin embargo, estas piezas arqueológicas nunca llegaron a ese sitio y en la actualidad se desconoce su paradero.
Asimismo, uno de los casos emblemáticos más recientes del robo del patrimonio arqueológico se registró en 1991, cuando una de las pinturas rupestres de la cueva de Puma Machay en la región de Chataquila en el Distrito 8 de Sucre fue robada. Las pinturas fueron descubiertas por el mismo Salinas y el campesino Juan Puma en 1972. Hasta ahora se desconoce cuál fue su suerte.
“En Chuquisaca todavía existe un sistema de saqueo de material arqueológico; hay muchos sitios que han sido destruidos por los 'waqueros', gente ignorante que está buscando lo inexistente, por ejemplo el reloj de oro, cuando en tiempos prehispánicos no teníamos relojes… los objetos que ellos pueden recuperar enteros en muchos casos los venden a las tiendas de artesanías acá”, explicó Salinas.
Con estos antecedentes, invocó a las autoridades a continuar gestionando ante gobiernos y museos del extranjero la devolución de piezas y reliquias que deben regresar a su lugar de origen.
Fonte: http://www.correodelsur.com/2014/11/23/7.php (23/11/2014)
En Chuquisaca se registró uno de los últimos robos arqueológicos cuando se sustrajo una pintura rupestre de la cueva de Pumachay
Juan Pedro Debreczeni
Parte del patrimonio arqueológico de Bolivia no está en el país. Reliquias, piezas líticas, orfebrería, vasijas y otros objetos yacen en museos y colecciones privadas del exterior. Chuquisaca no es la excepción, una de las pinturas rupestres de la cueva de Puma Machay fue robada en 1991 y hasta ahora se desconoce su paradero.
Con motivo de la reciente devolución de la illa del Ekeko a Bolivia por parte del museo suizo de Berna, el tema del robo del patrimonio arqueológico volvió a cobrar vigencia. En 1858, el suizo Johann Jakob von Tschudi llegó a su país con una representación tiwanakota del Ekeko; 156 años después, tras las gestiones realizadas por el Gobierno, la pieza fue devuelta y presentada recientemente por el presidente Evo Morales.
Según el director del Museo Antropológico de la Universidad San Francisco Xavier, Edmundo Salinas, esta es sólo una muestra de cómo objetos arqueológicos de Bolivia fueron robados y/o vendidos a colecciones y museos privados de Europa y Estados Unidos.
“La verdad es América, Bolivia y otros países del mundo, hemos sido objeto de expoliación continua por parte de los museos y coleccionistas”, comentó.
LOS ROBOS
Salinas refirió algunos casos concretos de saqueo arqueológico como el del Museo de Estocolmo en Suecia que, según relató, tiene en su poder un gran lote de material proveniente de Tiahuanacu obtenido por el arqueólogo Erland Norderskiold a principios del siglo XX.
Del mismo modo, el arqueólogo norteamericano Wendell Bennett se llevó parte de las piezas encontradas en las ruinas de Tiahuanacu, colección que ahora se encuentra en el Instituto Smithsoniano de Estados Unidos.
TAMBIÉN EN CHUQUISACA
En la Colonia, el oidor de la Audiencia de Charcas, el sacerdote español Moxó y Francoli, fue uno de los primeros coleccionistas arqueológicos en este territorio. Con la creación de la República, los objetos en su poder terminaron en manos del entonces presidente Mariscal Andrés de Santa Cruz, que en un gesto de agradecimiento regaló el material al naturalista francés Alcide D'Orbigny, que debía llevar los objetos al Museo de Historia Natural de París, sin embargo, estas piezas arqueológicas nunca llegaron a ese sitio y en la actualidad se desconoce su paradero.
Asimismo, uno de los casos emblemáticos más recientes del robo del patrimonio arqueológico se registró en 1991, cuando una de las pinturas rupestres de la cueva de Puma Machay en la región de Chataquila en el Distrito 8 de Sucre fue robada. Las pinturas fueron descubiertas por el mismo Salinas y el campesino Juan Puma en 1972. Hasta ahora se desconoce cuál fue su suerte.
“En Chuquisaca todavía existe un sistema de saqueo de material arqueológico; hay muchos sitios que han sido destruidos por los 'waqueros', gente ignorante que está buscando lo inexistente, por ejemplo el reloj de oro, cuando en tiempos prehispánicos no teníamos relojes… los objetos que ellos pueden recuperar enteros en muchos casos los venden a las tiendas de artesanías acá”, explicó Salinas.
Con estos antecedentes, invocó a las autoridades a continuar gestionando ante gobiernos y museos del extranjero la devolución de piezas y reliquias que deben regresar a su lugar de origen.
Fonte: http://www.correodelsur.com/2014/11/23/7.php (23/11/2014)
Comentários
Postar um comentário