Monumentos mayas podrían haber sido formas de medir el tiempo: Bárbara Arroyo

Notimex

En el marco de la primera sesión de la VII Mesa Redonda de Palenque, la estudiosa de la zona arqueológica de El Naranjo, Guatemala, se refirió con énfasis a “Los guardianes del tiempo” que fueron los sacerdotes mayas.

tomada de mesapalenque.cultura-inah.gob.mx

EL ENCUENTRO CULMINARÁ EL PRÓXIMO 2 DE DICIEMBRE.

Palenque • Al tomar parte en la primera sesión de la VII Mesa Redonda de Palenque, que se lleva a cabo en esta ciudad hasta el próximo 2 de diciembre, Bárbara Arroyo de Pieters, estudiosa de la zona arqueológica de El Naranjo, en Guatemala, subrayó que “los monumentos mayas podrían haber sido, en definitivo, formas de medir el tiempo entre los mayas”.

Al presentar su ponencia “Los mayas del altiplano central de Guatemala y las concepciones del tiempo en el Preclásico”, la representante de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala se refirió con énfasis a “Los guardianes del tiempo” que fueron los sacerdotes mayas, conocidos como los grandes observadores del Sol, la Luna y los astros que pueblan el cosmos.

Los mayas registraron el tiempo entre una salida del sol y otra, y el periodo que podía contarse entre una Luna y otra, dijo.

“Debido a los cambios de luz y a las condiciones climatológicas, así como a la época de años, idearon la forma de crear calendarios, y así lo hicieron, dejando para la posteridad un legado de amplios conocimientos que hasta la fecha no han sido totalmente descifrados”.

En esta presentación, la especialista se refirió a la forma en que llevaron el registro del tiempo los mayas de México y El Naranjo, Guatemala.

“Sin duda, hubo hombres muy importantes que eran los responsables de conservar el tiempo. Eran sacerdotes y sabían que los ciclos estaban relacionados con el movimiento de los astros, las estrellas, el Sol y la Luna, explicó la maestra. Estelas, estatuillas y otros vestigios, añadió, han sido analizados desde hace varios años, con lo que se ha descubierto parcialmente la metodología que los mayas emplearon para el conteo del tiempo. “Había formas de medición que las inscripciones no registran, pero se cree que la combinación del paisaje con dibujos lisos los registraron aunque se borraron con el paso del los años”.

Los paisajes constituyen un discurso con el que los grupos sociales se han relacionado desde tiempos inmemorables, de ahí que la geografía sea tan sagrada para la integración de la vida social de los antiguos mayas, así como para los mayas contemporáneos, subrayó la especialista en el sitio arqueológico de El Naranjo, rodeado de barrancos y la confluencia de varios ríos.

“En el sitio tiene la típica alineación norte sur, dentro de una enorme plaza que limita y enmarca al sitio. Al lado oeste está un cerro de piedra, lo que crea una semejanza con el arreglo de otras zonas arqueológicas localizadas en los estados de Guerrero y Puebla en México”, explicó, y dijo que lo interesante ahí son las tres filas de monumentos y una cuarta ente los edificios y el barranco.

Para la conferencista internacional, quien pronto logró atrapar la atención de los especialistas que asisten al evento, estas tres filas de monumentos en la gran plaza son monolitos lisos que en la plaza alcanza el número de 22. En el sector norte, en una de las estructuras, hay una plataforma con una estela liza, con 13 piedras alineadas este-oeste, posiblemente refiriendo algún tema calendárico.

En ese mismo lugar, advirtió Arrollo en seguida, “encontramos un fogón que contenía componentes lisos y una ofrenda del clásico tardío. Los monumentos son marcadores del tiempo, lo que interpretamos en el marco de una compleja relación ritual-cosmológica; los mayas registraron ciclos calendáricos y su conmemoración a través de esos monumentos”, acentuó la mayista latina.

Antes, había señalado que el periodo Preclásico en el Altiplano Central de Guatemala fue de gran importancia para entender algunas prácticas iniciales de maneras de registrar el tiempo. “Mientras los monumentos esculpidos aparecen hacia el final de este periodo, evidencia recuperada en El Naranjo, muestra que cerca del año 800 a.C. ya se llevaban formas de conmemorar o registrar ciclos.

Inscrita en la sesión titulada “El tiempo de los mayas desde la investigación arqueológica: Procesos culturales y temporalidad” sirvió para rendir un homenaje a los mayistas Alejandro Martínez Muriel y Enrique Nalda Hernández, quienes han dejado el mundo de los vivos. A ellos, María José Con, del Centro INAH Quintana Roo los recordó como “grandes compañero”.

Fonte: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/8802d91867db36c0426a6f4858e70526 (28/11/2011)

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