Los Misterios del: Lago Menor del Titicaca

PAISAJE | Ésta es la vista que se aprecia del lago Menor desde los cerros. Para llegar, se ingresa por el puente cumaná. Este recorrido es promovido por la Fundación para la gestión del Destino Turístico (OGD) que ha capacitado a más de 20 guías.

Foto: GUía Erasmo Patzi es uno de los veinte pobladores que han sido capacitados para guías comunitarios. A la izquierda, (f. chica), el viaje en balsa a la isla Pariti. Fotos: Carmen Pérez Carrillo - Agencias Agencia

El paisaje por sí solo ya asombra al visitante, mucho más después de que el guía anuncia que allí, en Pata Patani, al sur del lago Titicaca, comienza un recorrido para conocer una ruta muy frecuentada en tiempos prehispánicos, pero que apenas acaba de abrirse al turismo como una opción para explorar los llamados misterios del lago menor del Titicaca o Huiñamarca, al que se accede por la ruta a Copacabana, pero desviando por el municipio de Batalla o por Pucarani.

“En este sector del lago, nuestros antepasados enterraban a sus muertos y hace siete años fue hallada aquí la momia Tani. Nosotros cuidamos este lugar como un tesoro, pues todavía hay mucho por descubrir”, expresa Erasmo Pati Moya, uno de los siete guías comunitarios que forman parte de la nueva ruta por el lago Menor del Titicaca. Pati dice que hace sólo tres meses fueron capacitados para ser guías de turismo comunitario. “Al principio me daba vergüenza hablar con la gente, porque no sabía si me iban a entender, pero ahora, con orgullo, muestro los primeros trayectos que hicieron nuestros antepasados”, comenta.

Un recorrido por los llamados misterios del lago Menor del Titicaca implica pasar por las comunidades Pata Patani, Quehuaya y la Isla Pariti, lugares que poseen, además de ruinas y momias, impresionantes hallazgos arqueológicos que han provocado que investigadores y arqueólogos vuelquen sus miradas a este lado de lago para conocer estos restos de las culturas Tiwanacota e Inca. “Tenemos que caminar hora y media, pero no se van a arrepentir. Les mostraré los caminos que usaban nuestros abuelos”, señala Erasmo.

Antes del paseo a pie por las altas y empinadas sendas de las montañas, los pobladores invitan al turista un desayuno que incluye mate de coca y café, una variedad de masitas hechas de quinua, pan de amaranto y cuñapeses. Una vez terminada la 'ceremonia' del desayuno, los lugareños muestran el primer museo que se encuentra en el mismo lugar.

EL MUSEO DE PATA PATANI
Es el primer punto de excursión para conocer los misterios del lago Menor del Titicaca. Para llegar allí se ingresa por el antiguo puente tiwanacota de nombre Cumaná. Allí los pobladores muestran el lugar que está compuesto por dos salas; una grande y una pequeña, que guardan elementos arqueológicos descubiertos en los últimos diez años.

En el sitio se pueden apreciar los utensilios que e-ran utilizados por los incas y tiwanacotas, como platos, cubiertos, vasos y ollas. En otra de las vitrinas se encuentran los restos óseos de un niño de no más de tres años y al fondo, en la 'salita' más chica, está la momia Tani. Ambos son la atracción de este museo. El niño tiene el cráneo deformado, por eso se presume que era de la alta sociedad. “Solamente las personas importantes tenían así la cabeza, porque les ponían una faja para apretarla y así los diferenciaban del resto”, explica Emilio Machaca, otro guía comunitario. Aclara que los restos están incompletos porque en época de la colonia los españoles saquearon las ruinas. Y para entender mejor esto, hay que saber que los muertos eran envueltos en vestimentas lujosas acompañados de joyas y utensilios perfectamente elaborados y pintados, que al pasar los años se convertían en una reliquia para quienes encontraban estos objetos.

Al fondo, en una vitrina de no más de un metro y medio de alto por 60 centímetros de ancho, se encuentra la momia Tani, descubierta en 2003. (ver recuadro)

LA CAMINATA ANCESTRAL
Pasada esta primera experiencia, los visitantes se preparan para emprender la caminata. Los guías piden que los turistas formen grupos de cinco personas para subir a los cerros.

Una vez arriba, lo primero que salta a la vista es el lago Menor del Titicaca y los turistas no pierden el tiempo para graficar ese paisaje en el que los reflejos de sol iluminan toda la extensión y hacen que el agua luzca inmensamente azul._Más allá, la vegetación natural de la zona y los sembradíos se fusionan con las montañas que bordean el lago.

“Esto era una hacienda de los señores (los que tenían el poder del imperio). Nuestros abuelos no podían pasar por el camino principal, así que con sus propias manos construyeron estas sendas, eso lo hemos descubierto nosotros”, relata Erasmo, mientras muestra una de las ruinas que eran usadas como viviendas para los incas. El guía aprovecha este pasaje para mencionar que en época de sequía (noviembre) toda la población sube a la cima de la montaña a pedir que llueva.

“Los católicos suben a rezar a Dios, y otros a pedir a sus ancestros que llueva, aquí se respeta la religión, lo que importa es que de arriba escuchan nuestras plegarias y nos dan agua cuando pedimos”, afirma el joven poblador.

Otro aspecto que resalta en el trayecto es que de arriba se puede divisar en la orilla del lago decenas de 'cajas' flotando. “Son criaderos de truchas, nosotros nos turnamos para alimentarlas y luego venderlas, es que acá eso se consume mucho. Ahora hay como 5.000 peces y al otro lado están los sembradíos”, manifiesta Erasmo para mostrar que además del turismo, los pobladores se dedican a la pesca y a la agricultura como fuente de su economía.

Una vez se completan las tres pascanas, se comienza a descender y el guía lleva a los visitantes hasta la tumba donde fue encontrada Tani. Así termina este primer paseo. Lo que sigue es subir al bus con destino a la población de Quehuaya.

QUEHUAYA Y SUS COSTUMBRES
A una hora de Pata Patani, sobre un camino de tierra se encuentra Quehuaya, el segundo punto del recorrido de los misterios del lago Titicaca, allí los pobladores al igual que Pata Patani se desviven por recibir a los 'extraños' que los visitan.
Los primeros en dar la bienvenida son los hombres, pues las mujeres están en la cocina ultimando los detalles para ofrecer su menú a los recién llegados.

Luego de una bienvenida por parte de Lorenzo Sillerico, también guía local, las mujeres salen de la cocina con un bufé que incluye truchas al horno, sushi con quinua, papas negras y ensaladas con algún preparado a base de recetas que celosamente guardan las cocineras.

El almuerzo se saborea en una nueva edificación que ha sido financiada por organismos internacionales y que ellos denominan 'albergue'. Ese lugar cuenta con un comedor, tres baños y cinco piezas para el descanso.

“Aquí también tenemos ruinas, subamos de nuevo al bus, para visitarlas”, ordena Félix, otro de los intérpretes de la zona, y que a sus 58 años es todo un referente por el conocimiento que tiene de la zona.

Cuenta que en ese lugar hay 264 ruinas y una veintena de chullpas (tumbas) y que el sector está dividido en tres ambientes. El primero es conocido como Kayun Amaya (pie del alma, que es el sector A), el segundo Qiñiqui (no tiene significado traducico, es el B) y Yakan Kachi (el rincón del ave, es C).

“Miren, ahora aquí hay sembradíos, pero también están las torres funerarias, vean cómo los vivos y muertos trabajamos por esta tierra”, reflexiona don Félix, antes de seguir camino hacia la isla Pariti, donde se llega en balsa.

LA ISLA PARITI Y SUS HALLAZGOS
Esta isla, que pertenece al cantón Cascachi, salió del anonimato cuando en 2004 se descubrió un centenar de piezas de cerámica que pertenecían a la cultura Tiwanacota. Los hallazgos dan cuenta de que Pariti era un centro ceremonial donde acudían indígenas de todo el mundo.

El libro Pariti: Isla, misterio y poder, de Antti Korpisaari & Martti Pärssinen, en sus primeras páginas señala: “La cerámica tiwanacota más conocida y difundida es aquella en la que predonima el color ocre. La mayor parte de la cerámica es ideativa, es decir, en ellas predominan los códigos simbólicos, más que la representación realista (...). Por ello el descubrimiento de Pariti enriquece la concepción del arte tiwanacu, como un arte predominante y subjetivo, en el que la ideología religiosa rompe con la naturaleza creando un mundo nuevo, un puma y cóndor diferente”, reza parte de la introducción de este libro, un referente para conocer más la isla Pariti.

PROYECTO TURÍSTICO
Este circuito por el lago menor del Titicaca es promovido por la fundación Gestión del Destino Turístico (DGD), que desde este año comenzó a trabajar con las comunidades aimaras que viven en los alrededores del lago para desarrollar un turismo sostenible.

Para saber

Paseo
Para un grupo de 10 turistas, el circuito tiene un costo de alrededor de $us 95 por persona. Ello incluye desayuno, almuerzo y merienda.

Hospedaje
Si los visitantes quieren quedarse a dormir en los albergues el costo sube a más de $us 100 por persona.

Épocas para visitar
En febrero y marzo son temporadas lluviosas, pero se aprecia el paisaje, en junio y julio es más seco.

La Fundación para la Gestión del Destino Turístico (OGD) es la responsable de este proyecto, pero recibe la colaboración de la comunidad Siwsscontac, PNUD, los municipios de Puerto Pérez y Taraco, la Organización Mundial de Turismo (ONT), la CAF, Snb Bolivia y la cooperación holandesa.

email: ogd@visitbolivia.org

Tani, la sacerdotisa de las chullpas
En posición fetal, así descubrieron un grupo de arqueólogos bolivianos y finlandeses en 2003 la momia Tani de más de 500 años, cuyo nombre fue puesto por los pobladores de Pata Patani.

“Era una mujer de entre 35 y 40 años, de clase alta, y se presume que muy hermosa, fue enterrada en posición fetal, porque los ancestros decían que iba a resucitar en la otra vida. Su chullpa está más arriba en Taramaya. Su nombre se debe a Patani, por eso le pusimos Tani, parece que era una sacerdotisa”, comentó Emilio Machaca, uno de los guías comunitarios de esta población, colindante con el lago menor del Titicaca.

Según documentos que relatan sobre su hallazgo, esta momia tuvo gran impacto, pues además de los más de 500 años de mantenerse enterrada en una de las chullpas (tumbas) del lugar, conocido como la Taramaya, donde los incas enterraban a sus muertos, descubrirla mueve el interés de comunidades internacionales y de asociaciones nacionales para mantenerla intacta y seguir encontrando datos que den cuenta sobre las culturas tiwanacota e inca que que dejaron restos de su hábitat en la zona.

La momia se encuentra en una salita que simula ser la chullpa donde fue encontrada, la acompañan restos de su vestimenta, un bolsón, un par de sandalías, peinetas, monedas y objetos que utilizaba para alimentarse. Los cuidantes del museo piden no sacar fotos con flash, para no dañar la reliquia.

Fonte: http://www.lostiempos.com/oh/actualidad/actualidad/20100829/los-misterios-del-lago-menor-del-titicaca_86858_166150.html (29/08/2010)

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