Víctor Durán: "El Camino del Inca es un eslabón clave de nuestro pasado"
Por: Zulema Usach / 22.11.2022
El antropólogo especializado en Arqueología asegura que el "Niño del Aconcagua" representa el poderío de los incas y es la prueba de su alcance en estas tierras. Dice que para que la pieza sea restituida debe hacerse una gran inversión. Reseña y legado del Imperio más poderoso de Sudamérica.
Como la huella vívida de un pasado que forma parte de cada una de las personas que habitan suelo americano. Así, desde una perspectiva que bucea en lo más profundo de la complejidad humana, el especialista quiere compartir su mensaje, sin dejar a nadie excluido. Asegura, pues, que todos los hallazgos arqueológicos logrados hasta aquí por la humanidad son la prueba irrefutable de una historia en común que se ata al presente de manera definitiva y trascendental. Que "habla" a través de aquellos tesoros guardados bajo tierra por cientos de años, que como una bitácora de viaje a través del tiempo, permiten develar historias, misterios y formas de vida ancestrales. Víctor Durán es antropólogo, especializado en Arqueología, investigador de Conicet y docente de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). Entre sus explicaciones denota la fascinación de quien ha podido vivenciar acontecimientos trascendentales.
Justamente,
fue él uno de los científicos que formó parte de la expedición que subió
más de 5 mil metros para lograr desenterrar al "Niño del Aconcagua"
en lo alto del cerro Pirámide durante aquél enero de 1985. Cuenta
Durán que el descubrimiento guarda en sí, mucho más que un cuerpo. Explica
que su importancia para la humanidad reside en ser una de las pruebas más
contundentes del Imperio que durante siglos prevaleció en Sudamérica mediante
la puesta en marcha de una maquinaria simbólica, religiosa, política y militar
aún perdura en la constitución de los pueblos que habitaron suelo andino a lo
largo de la historia. En diálogo con MDZ, el investigador deshilvanó cuál es la
importancia de preservar los llamados "Caminos del Inca" y explicó la
trascendencia del hallazgo humano que, de seguir conservándose en un futuro,
continuará permitiendo actualizar información sobre los pueblos que
habitaron tierra americana antes, durante y después de la conquista.
Detalla el antropólogo, que la permanencia del pueblo inca en Mendoza sentó las bases de buena parte de los avances que el pueblo Huarpe dejó como legado en estas tierras. La agricultura y las estrategias para hacer llegar el agua a las zonas cultivadas a través de canales y acequias es uno de los tantos legados que el Estado Inca transmitió a los pueblos sojuzgados para extender su poderío y perpetuarlo. A aquellos fragmentos de historia como así también de la importancia que guarda el "Niño del Aconcagua", el hallazgo más importante de las últimas décadas, Durán se refirió en el marco de una entrevista:
- ¿Cómo fue la
experiencia de ir a rescatar al llamado "Niño del Aconcagua"?
- Para
mí fue muy importante. En aquél momento tenía 27 años, estaba
trabajando como becario del Conicet, con el doctor Juan Schobinger,
que era un especialista en la temática inca y de los santuarios de altura. Así
que cuando me dio la noticia un amigo, Julio Ferrari, que trabajaba con
Schobinger (y era arqueólogo y andinista) dije que sí. Los
hermanos Pizzolón, los hermanos Pierobon y
Gabriel Cabrera descubrieron el cuerpo a principios de enero de 1985.
Haciendo un ascenso poco convencional al Aconcagua, se encontraron con
algo muy extraño a 5.300 metros de altura. Creen en un primer momento que
era una mata de hierbas, les extraña porque a esa altura no crecen vegetales.
Cuando se acercan, encuentran que era un penacho de plumas amarillas lo que
está saliendo y, se dan cuenta que es algo muy importante. No pueden
seguir el ascenso al Aconcagua, regresan rápidamente y se inicia la
campaña para hacer este rescate. Pude ser invitado, tuve mucha suerte. Julio
Ferrari avisó a Schobinger y a mí me preguntó si quería ir y
obviamente le dije que sí. Así fue como inicié este trabajo que fue uno de
los que más me maravillaron en esta carrera.
- Una experiencia
impactante para un becario... ¿cómo lo sintió, como vivió y cómo fue
la experiencia del ascenso?
-
Sentí mucha ansiedad en un principio y alegría por esta posibilidad
de ver esto tan extraordinario. El ascenso fue complicado. Yo era joven,
tenía buen estado físico pero no el suficiente. Demoramos un poco en subir, con
un acompañamiento muy fuerte y responsable por parte de los andinistas, así
que cada uno de los días del ascenso fue una aventura. Ver esa belleza
del cerro La Pirámide, que es un contrafuerte del Aconcagua fue muy
impresionante, a medida que íbamos ascendiendo lo íbamos mirando todo.
Fue fue magnífico.
- ¿Cómo fue el operativo
para rescatar al fardo funerario del niño inca?
- Previendo
lo que iba a aparecer, Schobinger, que tenía experiencia, porque había
participado en el norte de San Juan en el rescate de un cuerpo sacrificado en
el cerro El Toro, armó un equipo de diez personas. Uno de ellos,tuvo que
regresar por un tema de altura en el primer día de trabajo y uno más debió
volver con su familia luego del terremoto. Finalmente subimos ocho
personas; descubrimos que quienes dejaron el cuerpo allí habían
construido pircas; algunas de ellas circulares y otras semicirculares.
- ¿Con qué se encontraron al llegar?
-
Descubrimos que el penacho de plumas estaba donde lo habían indicado los
andinistas. Había pedacitos de madera, fue una maravilla ponerse a pensar toda
la logística que los incas habían puesto en marcha para hacer este sacrificio
humano. Durante unos días estuvimos excavando. El cuerpo se estaba
deshidratando por congelamiento, pesaba unos 20 kilos. Después de sacarlo, se
puso sobre una mochila especial (carguero) y los andinistas se encargaron de
bajarlo. A mí me tocó hacer una excavación alrededor de lo que había
quedado. Al seguir la excavación en ese sector, se encontró una
estatuilla, luego tres estatuillas humanas; una de oro, una de plata y una
de una valva del pacífico. Había además tres estatuillas de llamas. Las
estatuillas humanas tenían sus vestiduras, en una escala perfecta. Tenían sus
bolsitas con coca.
- ¿En ese momento ya sospechaban que se trataría
de un entierro Inca?
- Sí, ese
tipo de entierros en cerros eran característicos de la sociedad inca. Era
un ritual que no lo hizo ninguna sociedad antes, al menos con esas
características. Los objetos que aparecieron son típicos de los incas.
Estas estatuillas habían aparecido antes en santuarios de altura, rodo
decía que eso era algo inca.
- Este hallazgo está enmarcado en el Camino del
Inca...¿qué significado guarda?
- Ellos
eran un imperio. Un Imperio se considera a un estado que conquistó a otros
estados. Este Imperio tenía una extensión enorme.. Iba desde Ecuador,
continuaba por el sur de Colombia y se extendía hasta el centro de Chile,
ocupando casi todo Bolivia y casi todo Perú. Para que un estado de estas
características pudiera funcionar, debía fluir información hacia la capital,
que era El Cuzco. Para eso se generó una red de caminos formada por miles
y miles de kilómetros. Se utilizó para esto una tecnología muy
importante. En estos caminos que conocemos como Qhapaq Ñan (NdR: en lengua
quechua), se hacían en santuarios de altura porque se consideraba que los
cerros mismos tenían vida propia. Por eso, este sacrificio humano tiene que
ver con una ceremonia religiosa.
- ¿Qué simbología tenía la cordillera de Los Andes
para el Imperio Inca?
- Estas
sociedades andinas siempre estaban vinculadas a la cordillera. Los cerros
eran en sí una deidad. Era la posibilidad de obtener los bienes necesarios para
la supervivencia, básicamente el agua. Por eso, lo que se le pedía al
cerro, era nada menos que el agua, tan importante para una sociedad pastoril y
agraria.
- ¿Qué significado tenían estos sacrificios
humanos?
- Estos
sacrificios eran bastante crueles, porque siempre implicaban sacrificar a niños
pequeños. En el caso del "Niño
del Aconcagua", se pudo corroborar que la muerte fue por
compresión. Sobre esto, uno no tiene más que pensar que era un ritual muy
cruel. Tenía que ver no solo con religión, sino con política. Era un
Estado que tenía que conquistar a otros Estados a través del miedo, del
convencimiento. Era una manera de mostrar fuerza, pero también de
mostrar crueldad a aquellos que estaban dominando. Justamente, hay que
decir que los incas no mataban a sus propios hijos, sino que lo hacían con
los de las sociedades que ellos habían dominado.
- De acuerdo a las investigaciones realizadas, el
niño pertenecía a un linaje que ya no existe..
- Así es.
Un estudio muy importante que hicieron investigadores de Barcelona, arrojó que
se trata de un linaje que no tiene representantes vivos. Era algo
esperable, porque después de la conquista de los españoles hubo un
descenso demográfico catastrófico.
- En el marco del actual debate por restituir el
cuerpo del niño a la cordillera ¿cómo ve esta posibilidad?
- La idea
que se está discutiendo hoy en Mendoza es atractiva. Porque desde un
principio hubo gente que reclamó y es entendible. Uno entiende el reclamo y la
preocupación para que ese niño vuelva al espacio que lo contuvo durante
cinco siglos, El problema de llevarlo al lugar en donde estaba es que se
destruiría. En las condiciones en que estaba el cadáver, era seguro que se iba
a descomponer si no lo rescatábamos. Ya estaba en un proceso de erosión
muy marcado. Hubiera desaparecido. El rescate permitió sacar una enorme
cantidad de información, un pasado perdido una historia que no hubiésemos
podido conocer. Considero que el cuerpo, en el caso de devolverlo al Aconcagua,
esto debería realizarse contando con un lugar adecuado para
su conservación. Se necesita un edificio con tecnología y con
personal que se ocupe para siempre.
-Se necesitaría entonces de una gran cantidad de
recursos...
- Sí.
Requiere de una inversión muy grande. Se podría hacer en Horcones o en el
ingreso al Parque Aconcagua, dentro de ese paisaje sagrado para los incas. Pero
para eso se necesitaría de un freezer mucho más sofisticado, que debería
ser monitoreado en forma permanente por personal idóneo y eso significa una
inversión muy grande de dinero. Habría que construir esa infraestructura y
asegurar recursos humanos para que ese cadáver esté en condiciones
óptimas.
- ¿Qué otros descubrimientos sobre el Estado Inca
fueron posibles lograr a partir de este hallazgo?
- La materialidad
de lo que aparece en los libros permite complementar, mucha información.
El niño tenía maíz en el estómago, también se supo que antes de someterlo al
sacrificio le dieron una bebida de color rojizo para embriagarlo y enfermarlo.
En los textiles que lo envuelven se halló restos de vómitos. Ahora se da
la posibilidad observarlo en todos sus aspectos, se puede ver qué tipo de
fibras usaron, se pueden hacer estudios genéticos; hay estudios químicos
que se hacen sobre el cuerpo y en los textiles para hacer una reconstrucción
del ambiente que envolvió al niño durante un viaje muy largo. Fue una
peregrinación; lo trajeron de Perú, por miles de kilómetros caminando. A través
de un estudio con pelo, por ejemplo, se puede saber por dónde fue
transitando este niño. Hoy, las posibilidades que la ciencia nos puede
ofrecer son muy amplias y serán más aún en veinte o treinta años. De allí
la inconveniencia de dejar que este cadáver se destruya.
- ¿Qué valor patrimonial tiene el Camino del
Inca para la humanidad?
- Enorme.
Casi como todo en lo referido a nuestro pasado, aún la expresión más
pequeña, a uno lo maravilla. Todo para nosotros, los arqueólogos, es
importante. Este camino, fue declarado patrimonio de la humanidad.
Fue una iniciativa realmente muy buena que involucró a los distintos países por
los que pasa el Camino del Inca. Así que hoy día hay una responsabilidad muy
fuerte por parte de estos Estados para mantenerlo, es una parte importante de
nuestro pasado. El Camino del Inca pasa por aquí, por Uspallata. Es fundamental
que estos bienes se conserven.
- ¿Alguno de estos pueblos sojuzgados por el
Imperio Inca estaban dentro de Cuyo?
- Sí, hay
estudios recientes. Hasta hace poco se creía que la expansión del Estado Inca
fue muy rápida y se entendía que fue alrededor del año 1470 cuando llegaron a
Cuyo y conquistaron a las poblaciones Huarpes que estaban aquí, en el centro
norte de Mendoza. Hoy se sabe que fue alrededor del año 1.400 cuando
los incas llegaron al norte de Chile y el norte de Mendoza y dominaron a la
poblaciones que estaban ahí. Poblaciones de habla mapuche en Chile
central y Huarpes en el norte de Mendoza.
- Fue un estado con un poderío trascendental en
América...
-
"Este era un Estado que tenía miles de kilómetros de norte sur y una sección
este oeste. Realmente era un Estado enorme y para mantener dominada a la gente
debían mantener una burocracia muy aceitada, un ejército muy poderoso.
En casi todos los casos la subordinación no se hacía por placer, sino
por temor o porque realmente había habido una confrontación y habían
perdido; entonces justamente para mantenerlas controladas hacía falta
ejército, burocracia, propaganda religiosa, propaganda política. Los Estados de
antes funcionaban exactamente igual que los actuales. El dominio se ejerce a
través de la fuerza, a través de la propaganda, a través de la religión y el
temor.
Fonte: Víctor Durán: "El Camino del Inca
es un eslabón clave de nuestro pasado" (mdzol.com)
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