El Shincal invita a descubrir el nexo entre ruinas incaicas y el pasado hispânico

EL SHINCAL DE QUIMIVIL, CONSIDERADO LA CAPITAL DE UNA PROVINCIA CONSTRUIDA Y HABITADA POR LOS INCAS ENTRE 1470 Y 1536, ES UN PARQUE ARQUEOLÓGICO UBICADO A 25 KILÓMETROS DE BELÉN, EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA, QUE FUE CONSTRUIDO PARA RESGUARDAR LAS RUINAS DE UNA CIUDAD PRECOLOMBINA Y QUE SE TRANSFORMÓ EN UNO DE LOS PRINCIPALES ATRACTIVOS TURÍSTICOS DE LA ZONA.

Foto: Victoria Egurza / Télam

Las ruinas de Shincal, desarrolladas sobre un terreno desigual a 1.240 metros de altura y con una extensión aproximada de un kilómetro cuadrado, deben su nombre a una espesa vegetación característica de la zona llamada Shinqui.

El terreno en el que se halla emplazado el Shincal, de 24 hectáreas de superficie, es un pequeño y escabroso valle de la precordillera que antecede a los Andes en el sector llamado Sierra de Quimivil, por donde corre un arroyo estacionalmente seco.

El predio cuenta con un centro de interpretación y museo en el cual se exhiben elementos correspondientes a la Cultura Belén, que tuvo una fuerte influencia inca.

La sección principal consta de una serie de recintos rectangulares cuyas paredes de piedra, alineadas de norte a sur, alcanzan los dos metros de altura y dan lugar a miradores, altares, morteros, tronos y habitaciones destinadas a fines determinados.

"El sitio arqueológico excede las expectativas de los turistas, quienes se ven colmados de emociones cuando visitan este lugar emblemático del paso de la cultura inca por argentina", explicó la guía Rosa Ramos en una recorrida junto a Télam por ese sitio histórico.

El Shincal cuenta con una plaza central con un ushnu, que es un pequeño montículo piramidal que simboliza el poder incaico, y un centenar de edificaciones tales como diversos depósitos, llamados kollkas y tampus.

Además, tiene una especie de cuartel con viviendas de paredes de piedras, llamadas pirca, del tipo kallanka, que son pabellones rectangulares que según la guía "parecen haber servido como habitaciones comunales o como fábricas de textiles".

"Algunos recintos también podrían haber sido utilizados para el acopio de granos y de otros productos comestibles que luego eran trasladados desde este lugar hacia el corazón del Imperio Inca, ubicado en Cuzco, en Perú", estimó Ramos.

El lugar cobró importancia tras la invasión quechua y el motivo para que resultara un centro importante de la dominación incaica se entiende al notar que era un nudo o encrucijada del camino del inca, también conocido como kapak ñan, entre el antiguo Tucumán anexado al Tawantinsuyu y el Kiri-Kiri o zonas del centro y norte de Chile a través del paso de San Francisco.

La plaza de armas o central constituye un lugar histórico y de fuerte referencia dentro de las ruinas ya que en ese lugar fue descuartizado el cacique Juan Chelemín, luego de ser derrotado en el primer alzamiento calchaquí.

La caída del Tawantinsuyu y el temprano ingreso de los conquistadores españoles, motivó que la pequeña ciudad precolombina, que habría reunido a unas 800 personas, fuera paulatinamente despoblada para desestructurar las defensas que oponían los aborígenes diaguitas (pazioca)", afirmó la guía turística.

El deterioro y la caída del Shincal dieron paso a la fundación de la ciudad catamarqueña de Londres, que fue creada por los españoles en 1558.

Las construcciones que se pueden apreciar en la actualidad en las ruinas precolombinas fueron edificadas por los quechuas entre 1471 y 1536 sobre un terreno que ya desde antes habría sido un centro de importancia para culturas preexistentes, como la Saujil, la Ciénaga y la Aguada, entre otras.

En la actualidad, y desde 2004, este parque arqueológico es el lugar de celebración del Inti Raymi, el año nuevo de los Pueblos Originarios, cada 21 de junio, un motivo por el cual ya no debe ser considerado como una ruina arqueológica sino como un centro ceremonial vivo.

El sitio está parcialmente parquizado y por sus arenosos senderos, entre pastizales duros o pequeños bosques de algarrobos en galería y algunos cactus, los turistas pueden apreciar lo que fueron la plaza, la sede de gobierno y otros recintos.

Los arqueólogos realizaron un prolijo trabajo de reconstrucción y, para no confundir al visitante, dejaron una marca que separa la edificación original, generalmente la base, de la nueva.

Las escalinatas de los dos morros de la antigua urbe tienen peldaños altos y angostos que obligan a recorrerlas con suma prudencia, pero el esfuerzo y la tensión se ven recompensados al hacer cumbre en sus miradores a unos 25 metros.

Desde las cimas, protegidas al este por altas laderas azuladas de las Sierras de Belén, se pueden ver como en un plano, todas las estructuras que quedan de la ciudad y se dominan los llanos de los valle de Hualfín y Belén, al oeste, con sus plantaciones de nogales y el cauce del río Quimivil, del que deriva el nombre "Quilmes".

Fonte: http://www.telam.com.ar/notas/201606/153495-shincal-ruinas-incaicas-pasado-hispanico-argentina-turismo.html (30/06/2016)

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