Prehistoria local: el museo San Simón resguarda a los primeros hombres de Cochabamba
La institución cumple 70 años de trabajo arqueológico, antropológico y etnográfico. Entre sus principales colecciones están momificaciones y restos óseos de hace 6.000 a. C. En total, resguardan alrededor de 30.000 piezas que constituyen parte de la historia del departamento y del país.
Por: NICOLE VARGAS – 17.10.2021
Los primeros hombres que transitaron la Tierra marcaron el rumbo de los que les siguieron y conformaron las culturas existentes. Descubrirlos y estudiarlos es una tarea apasionante que sirve para entender la actualidad.
Bajo esa línea, el Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico (INIAM) de la Universidad Mayor de San Simón comenzó su trabajo hace 70 años y, con el paso del tiempo y un arduo compromiso profesional, se convirtió en un espacio que resguarda la historia de Cochabamba, desde los primeros habitantes hasta las piezas arqueológicas de los lugares más relevantes.
“Tenemos una colección valiosa. Cada una de las piezas es única y extraordinaria. No tienen un precio que se fije, porque su valor es absolutamente patrimonial”, afirma la directora del museo, María de los Ángeles Muñoz.
El INIAM fue fundado el 18 de octubre de 1951 y se constituyó como el primer museo de su naturaleza en Bolivia. Tienen en exposición alrededor de 3.000 piezas, pero, en total, hay más de 30.000 que aún están en proceso de clasificación. El espacio está dividido, por un lado, de acuerdo a orden cronológico - temporal según las culturas y los periodos de la humanidad, y, por el otro, por colecciones de piezas similares de distintos siglos.
Recorrer los
pasillos del museo de San Simón es una aventura, transporta a los visitantes a
otros tiempos y espacios que permiten comprender el sentido de nuestra
actualidad.
LOS PRIMEROS HOMBRES DE LA LLAJTA
Una de las piezas más destacadas del museo, y que tiene un valor incalculable para la historia nacional, es el Hombre de Jaihuayco, unos restos óseos que datan de hace 6.000 a. C. y que llevan ese nombre porque se encontraron en esa zona del sur de Cochabamba.
Estos restos fueron hallados en la década del 60 por el profesor Dick Ibarra, fundador del museo. La pieza pertenece al periodo Paleoindio.
Por otro lado, resguardan un cráneo hallado en Sacaba, que pertenece al mismo periodo y tiene la misma antigüedad. “En esta (pieza) se habla de un proceso de fosilización y mineralización para lo que ha tenido que transcurrir un largo tiempo”, explica Muñoz.
Asimismo, tienen en exposición en vitrina temática cráneos que muestran las modelaciones que se hacían entre los años 400 a.C. y 1.500 d.C., la mayoría provenientes de Mizque, Conchupata y Puki.
Este tipo de procedimientos de modificación se realizaban por motivos sociales, estéticos y religiosos. En el caso de las culturas precolombinas de Bolivia, se aplicaban a los recién nacidos como símbolo de distinción social, prestigio e identidad étnica.
En Cochabamba, se hacían en las comunidades agroalfareras, en el 1.500 a.C., aproximadamente, y se extendieron hasta el periodo Inca.
Otra
práctica que también se pudo evidenciar en los hallazgos de cráneos fueron las
trepanaciones. En algunos casos, la pieza craneana removida era puesta en su
lugar nuevamente y, en otros, le insertaban pedazos de oro, plata o cobre para
reemplazar.
Se cree que este tipo de procedimientos comenzó hace más de 5.000 años y que los motivos podrían haber variado según cada caso, desde asuntos médicos hasta rituales religiosos.
En el estudio que se hace sobre los primeros hombres que pisaron suelo valluno, también se encontró momias preincaicas procedentes de la cuenca del río Cotacajes, de la provincia Ayopaya. Se cree que fueron enterradas en monumentos funerarios construidos en barro durante el periodo Tardío, entre 1.100 d. C. y 1.400 d.C.
Como muestra
de la ritualización de las muertes en ese periodo, existen chullpas donde se
albergaban los restos. “Tenemos distintos tipos de canastas que pueden reflejar
identidad étnica, porque no son las mismas”, explica Muñoz sobre las
diferencias entre las momias que se encuentran en el museo.
AMPLÍA CREACIÓN ARTÍSTICA
Cochabamba es un centro artístico en la actualidad, pero también lo fue desde antes de sus cimientos, al igual que el resto de la región.
La tradición del trabajo en piedra, que proviene de los recolectores y cazadores, se ve reflejada en vasos keros, morteros y hachas. En el museo de San Simón cuentan con una colección de este estilo perteneciente al periodo Formativo que representa, en su mayoría, la fertilidad con figuras de mujeres embarazadas, formas fálicas, mujeres con senos en la cabeza, dualidad de pareja y familia.
Las piezas de piedra fueron encontradas en Mizque y otras zonas del Valle Alto; datan de hace 400 a.C. “Son piezas increíbles, extraordinarias. Hay Pachamamas que representan la naturaleza, las épocas de cultivo, fertilidad”, indica Muñoz.
Asimismo, hay restos de un niño momificado de la cultura Mojocoya y parafernalia de alucinógenos, que son instrumentos que se utilizaban para consumir hierbas como vilca y rapé. Estas últimas fueron encontradas en Omereque.
Por otro
lado, resguardan una urna funeraria que era el antiguo método para enterrar a
las primeras sociedades; la pieza se encontró en la avenida Oquendo y Heroínas,
pero pertenece al periodo Formativo. La vasija, de forma semiovalada albergaba
en su interior los restos humanos.
De la misma manera, Tupuraya, el nombre de una zona ubicada actualmente en la parte noreste de la ciudad, tiene sus orígenes hace cientos de años proveniente de la cultura del mismo nombre que se desarrolló entre el 600 d. C. y 800 d. C.
La cerámica polícroma es característica de Cochabamba, al igual que las figuras que se realizaban sobre estos objetos.
“Desde el arte rupestre, ellos (españoles) evangelizaban. Hacían toda la evangelización, los rezos y la enseñanza de manera visual”, comenta Muñoz sobre un disco colonial proveniente de Chuquisaca.
Las últimas piezas que llegaron hasta el museo pertenecen a una colección donada por la familia de Jonas Weldon, entre las que destacan vasijas de varias épocas de la historia.
70
AÑOS RESGUARDANDO LA HISTORIA
El museo fue fundado en 1951 por el profesor Dick Ibarra Grasso, originalmente como Museo Arqueológico y Etnográfico de la Universidad Mayor de San Simón. Sin embargo, en la década de 1970 la institución fue elevada al rango de Departamento de Arqueología y Museo.
En esa gestión se dio el mayor trabajo de investigación en equipo de relacionamiento académico, tanto al interior de San Simón como con instancias nacionales e internacionales.
El INIAM
cuenta en la actualidad con un equipo altamente calificado y multidisciplinario
que se encarga de intervenir en las áreas de arqueología, antropología,
etnohistoria, lingüística, paleontología, cultura, identidad y
patrimonio, museología/museografía, y en los últimos años en neuroantropología.
Asimismo, cuenta con un cuerpo administrativo especializado en el manejo y
preservaciones de las colecciones patrimoniales, guías multilingües y con
experiencia pedagógica en temáticas interactivas dirigidas a los niños.
El trabajo de los investigadores del INIAM-UMSS está encaminado hacia procesos participativos en relación con mancomunidades, como Incallajta, Piñami, Cotapachi, Mizque y Tablas Monte.
Los últimos años no se hicieron trabajos de excavación arqueológica por falta de presupuesto, pero se realiza la clasificación de piezas históricas e investigación con otras instituciones.
El museo abre de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00 y está ubicado en la calle Jordán y Nataniel Aguirre.
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