Grupos de clovis interactuaban



HALLAZGO REVELARÍA COEXISTENCIA ENTRE CLOVIS

*** El descubrimiento de 12 sitios que guardan ciertas semejanzas y relativa cercanía, indica que hubo una posible interacción entre estos grupos primitivos

*** Los espacios tienen una antigüedad de 13,000 años; en tres de ellos se ha registrado la presencia de basalto, que los clovis usaron para elaborar armas de cacería

En los alrededores de Hermosillo, Sonora, recientes investigaciones permitieron el descubrimiento de una docena de sitios que fueron ocupados por grupos clovis, con una antigüedad de 13,000 años. Por su relativa cercanía y similitudes dichos espacios revelarían que los colectivos de cazadores-recolectores tuvieron convivencia entre sí.

La presencia de basalto vitrificado —usado por estos primeros pobladores para elaborar artefactos de caza—, en por lo menos tres de esos sitios de Sonora: El Bajío, Fin del mundo y El Aígame, podría ser un indicativo de la posible interacción entre este tipo de grupos nómadas durante la prehistoria, al haber explotado un mismo yacimiento de roca para elaborar armas de cacería.

La arqueóloga Guadalupe Sánchez Miranda, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y responsable de la investigación, informó que se trata de 12 sitios detectados en el norte, el sur y la costa de Sonora, entre los que sobresale el de El Bajío, que tiene una extensión de cuatro kilómetros cuadrados y donde por lo menos se han registrado 22 campamentos paleoindios y un yacimiento de basalto vitrificado.

“Nunca se habían encontrado tantos sitios tan cercanos como para hablar de un patrón de asentamiento y eso es lo importante de la información que ofrecen los campamentos de Sonora, una oportunidad de investigar si los grupos de cazadores-recolectores clovis llevaban una relación recíproca entre sí”.

La especialista del INAH, quien desde 1998 lleva a cabo estos estudios como parte de un proyecto arqueológico de largo aliento sobre los primeros pobladores del territorio sonorense, titulado Geoarqueología y tecnología lítica de los sitios paleoindios de Sonora, destacó que de la docena de puntos detectados, sobresale el de El Bajío.

“En este sitio se han recuperado por lo menos 25 puntas clovis junto con varios cientos de artefactos de piedra asociados a clovis”, abundó la investigadora, al precisar que en cuanto al yacimiento, se trata de un depósito de dicha roca volcánica que fue explotado para fabricar herramientas clovis.

“Es uno de los sitios más importantes porque los grupos de cazadores recolectores se movían hacia donde había materia prima para hacer sus artefactos, y en El Bajío se deben haber reunido diferentes grupos para explotar la piedra”.

Abundó que de los 12 sitios que han sido estudiados entre 1998 y 2007, al menos cinco son importantes para el estudio de los primeros pobladores de América porque fueron habitados por más cantidad de paleoindios que el resto.

El sitio El Bajío destaca por su extensión, y es comparable con el Gault Site, en Texas EUA, uno de los sitios clovis más grandes de América. Por su parte Fin del mundo, aunque de menores proporciones, sobresale por el estado de conservación que guarda.

La arqueóloga puntualizó que una de las dificultades para el estudio de El Bajío que hasta el momento no han encontrado contextos arqueológicos enterrados, “todo está a nivel de la superficie por lo que no se puede determinar con pruebas de laboratorio su antigüedad y eso nos limita”.

Cabe recordar que en otro de los sitios de importancia, Fin del mundo –cuyo hallazgo se dio a conocer a finales del año 2009–, se pudieron recolectar 15 puntas Clovis y huesos de un animal parecido al mamut pero de menores dimensiones, conocido como gonfoterio, a través de un proyecto de investigación científica desarrollado con recursos proporcionados por el INAH, así como aportaciones de la Universidad de Arizona y National Geographic.

Sánchez Miranda destaca que en México ha sido esporádico el descubrimiento de puntas clovis, a lo mucho se cuenta con una docena procedentes de distintos puntos del país, principalmente en Hidalgo, Sinaloa, Jalisco, Oaxaca y Chiapas, mientras que en Sonora los hallazgos de este tipo de artefactos superan tal cantidad.

“Estas puntas indican que en Sonora, hace 13 mil años había una población de cazadores-recolectores significante. Otro aspecto interesante es que los sitios clovis por lo regular son pequeños y el de El Bajío ocupa una gran extensión, lo que también es indicativo de que hubo una población considerable”.

La arqueóloga del Centro INAH Sonora, quien se ha especializado en el estudio de la lítica, recuerda que una característica de la cultura clovis (reconocida hasta el momento como la más temprana de América) son las puntas para lanza hechas con roca, conocidas como puntas clovis, cuyo grado de perfección y belleza es poco habitual en los artefactos prehistóricos, y que se que caracterizan por su acanaladura.

“Es una punta de proyectil lanceolada muy delgada elaborada por percusión directa, con el propósito de adelgazar la base se hace una acanaladura que servía para asegurar la punta a un palo. Se han encontrado casi en todo el norte América, donde no estuvo presente la masa de hielo de los glaciares. Hacía el sur de Sonora la presencia de puntas clovis disminuye considerablemente en cantidad.”

La arqueóloga narró que el proyecto de investigación fue una motivación científica de saber qué había pasado en la prehistoria de Sonora, toda vez que uno de los sitios más importantes de los primeros pobladores que se conocen está a tan sólo cuatro kilómetros de la frontera con Estados Unidos, en el río San Pedro, en Arizona.

“Cuando comenzamos las investigaciones en El Bajío me di cuenta de la magnitud de las poblaciones de los primeros pobladores de Sonora, ya que en menos de 15 minutos encontramos cuatro puntas clovis. De ahí en adelante empezamos a registrar las colecciones e integrar un proyecto formal”.

Fonte: México, www.inah.gob.mx/ (12/03/2010)

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