Encontradas momificadas por primera vez llamas sacrificadas durante el Imperio Inca

Una llama momificada decorada de Tambo Viejo (Antiquity)


Los animales han aparecido en Tambo Viejo (Perú) y aún conservaban las decoraciones que vistieron durante la ceremonia de ofrenda a los dioses

Por: DAVID RUIZ MARULL

 22/10/2020

Nunca se había encontrado nada parecido. Hasta ahora, los arqueólogos habían encontrado gran cantidad de huesos de llama en Tambo Viejo (Perú). Pero en todo el territorio del Imperio Inca -que abarcó cerca de tres millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico, la selva amazónica, el río Ancasmayo (Colombia), el río Maule (Chile) y Tucumán (Argentina)- no se habían descubierto llamas momificadas.

La verdad es que el hallazgo sorprendió en cierta manera a los investigadores. Había hasta cuatro animales bien conservados (y uno más que se había descompuesto) enterrados bajo el suelo, en el borde de la plaza de Tambo Viejo, un asentamiento fortificado en el valle de Acari, en la costa sur del país. Mantenían intactas incluso las decoraciones que vistieron durante la ceremonia del sacrificio, lo que indica que estaban destinadas a ser una ofrenda para los dioses.

Los especialistas de la Universidad de Calgary explican, en un artículo publicado en la revista Antiquity , que las llamas “parecen haber sido asesinadas al ser enterradas vivas, junto con conejillos de indias decorados, antes de marcar sus tumbas con plumas tropicales” en el marco de unas “representaciones rituales de alto nivel”.

La ceremonia se realizó hace más de 500 años, poco después de que los Inca se anexionaran la región, lo que sugiere que usaron estos rituales -en los que podían llegar a sacrificar hasta 100 llamas- para ayudar a reforzar su control en la región. Los documentos históricos indican que la costa sur del Perú fue anexada pacíficamente por los Inca, que construyeron varios centros administrativos en la zona.

Tambo Viejo parece haber sido, según los historiadores, uno de esos centros de poder provincial, probablemente destinado a gobernar el valle de Acari. Durante las excavaciones realizadas por el Dr. Lidio Valdez y su equipo desde 2018 ya se había encontrado un Inka ushnu (una estructura simbólica o religiosa) y que una carretera importante del Valle de Nazca llegaba hasta el asentamiento.

Las llamas descubiertas quedaron momificadas de forma natural. “Los registros indican que los sacrificios de animales eran importantes para los Inca, quienes los usaban como ofrendas especiales a deidades sobrenaturales”, afirma Valdez. Solo las oblaciones de humanos superaban en número a las de llamas en el Imperio Inca (o Tawantinsuyu, como se llamaba en el idioma quechua).

Los conquistadores españoles ya dejaron escrito como estos mamíferos artiodáctilos de la familia Camelidae, abundantes en el Altiplano de los Andes de Perú, eran asesinados por centenares para garantizar cosechas exitosas, rebaños saludables y la victoria en la guerra. Según Bernabé Cobo, un cronista español del período colonial, las llamas marrones fueron sacrificadas al Dios Creador, Viracocha, mientras que las llamas blancas eran para el sol.

Los rituales en épocas clave del año implicarían el sacrificio de cientos de animales para garantizar que el futuro fuera favorable. En octubre se sacrificaban 100 llamas para promover la lluvia, y otras 100 servían de ofrenda en febrero para, precisamente, detener la lluvia. Aunque el sacrificio humano también estuvo involucrado en algunas de estas ceremonias específicas, las llamas fueron la ofrenda preferida.

El nuevo descubrimiento sugiere, aún así, que estos rituales tenían otro propósito clave: ganarse a los lugareños. Los investigadores excavaron el área circundante de la plaza de Tambo Viejo y revelaron que la ceremonia estaba asociada con grandes hornos y otros rastros de fiestas y celebraciones.

”Las ofrendas probablemente fueron parte de fiestas y reuniones mucho más grandes, patrocinadas por el estado”, considera el Dr. Valdez. “El estado se hizo amigo de la población local con comida y bebida, consolidando alianzas políticas, mientras que la colocación de ofrendas permitió al Inca reclamar la tierra como si fuera suya”, añade.

El proceso de momificación natural al que se han visto sujetas estas llamas también ha conservado muchos de los adornos que las decoraban, incluidos valiosos brazaletes y cuerdas. Estos ornamentos indican que las llamas eran una especie de obsequio especial para las deidades.

La preservación excepcional permitió, además, investigar cómo se procedió a su sacrificio. Si bien algunos relatos históricos indican que a los animales se les cortaba la garganta, Los arqueólogos no han hallado evidencias de esto. Los más probable es que las llamas y los conejillos de indias fueran enterrados vivos, de forma parecida a como los Inca llevaron a cabo algunos sacrificios humanos.

Las tumbas se marcaron después con plumas de aves tropicales, tal vez para cimentar aún más la nueva autoridad sobre la tierra conquistada. “A través de estas ceremonias es como se crearon nuevos órdenes, nuevos entendimientos y significados que ayudaron a legitimar y justificar las acciones de los gobernantes incaicos tanto ante los conquistadores como ante los conquistados”, escriben los expertos, que ahora han visto interrumpido su trabajo debido al Covid-19.

Fonte: https://www.lavanguardia.com/cultura/20201022/484210923653/llama-sacrificada-imperio-inca-momificada-tambo-viejo-peru-arqueologia.html

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