Un nuevo Museo Nacional
Para preservar nuestro patrimonio. Museos contribuyen también a la economía del país, además cautelan pruebas de nuestra identidad.
María del Carmen Portillo B.
Si bien tenemos un nuevo Ministerio de la Cultura, desde hace 8 meses, se ha tenido que cerrar la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación porque la nueva administración descubrió que se estaba comercializando el patrimonio de la nación en el Jr. Amazonas y el internet. Si nadie sabe con certeza cuántos libros y documentos han desaparecido, cuál es la situación de los bienes que guardan nuestros museos, ¿está bien resguardada la herencia de nuestros antepasados?
Los museos contribuyen a la economía de un país y tienen un papel clave en la formación de la identidad porque guardan y conservan el conjunto del patrimonio cultural de una nación. Es más, los museos permiten el entendimiento y el diálogo entre las naciones, las que juntas expresan la visión común de la humanidad: el desenvolvimiento de las culturas y el desarrollo humano.
Sin embargo hasta ahora el Perú no termina de prestar atención a sus museos. A pesar de ser herederos de una de las culturas más importantes de América, el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú es literalmente un mendigo sentado en un banco de oro. De acuerdo a la página del museo, solo 143,628 personas visitaron el museo en el 2009. Ese mismo año, el Museo Nacional de Antropología de México recibió más de dos millones de visitantes y su sitio web más de 500 mil visitas.
La diferencia está en que México, al igual que otras capitales latinoamericanas, decidió invertir en cultura convirtiendo su patrimonio cultural y el entorno en donde se desarrollaron dichas culturas en un activo importante del país. Es decir, crearon valor de su patrimonio. México construyó su Museo Nacional en 19 meses. En el diseño participaron no solo ingenieros y arquitectos, sino también artistas, antropólogos e historiadores porque se tomó la decisión de exhibir no solo piezas prehispánicas, coloniales y republicanas, también dar cuenta de la diversidad étnica y cultural del país. La extensión de ambos museos es similar pero el área construida en México es mucho mayor que nuestro vetusto museo de Pueblo Libre, 23 salas permanentes vs 15.
Las colecciones de nuestro museo forman parte de los resultados de las expediciones de Max Ulhe en 1906 y Julio C. Tello en 1925, además de la adquisición de la colección de Víctor Larco Herrera en 1924. La página web menciona que el museo posee 65,000 piezas de cerámica y 32,000 valiosos textiles entre otras piezas, pero si solo hay 15 salas de exposición, cómo y dónde se guardan estos tesoros. Para nadie es un secreto además que en los depósitos hay un grave problema, no hay registros ni espacios climatizados.
Aunque del 2003 al 2006 se renovaron 3 salas y se construyó la sala virtual, desde esa fecha no se ha vuelto a hacer nada por uno de nuestros principales atractivos turísticos.
Es imprescindible pues crear una institución digna y emblemática de la milenaria cultura peruana. El Museo Nacional del Perú deberá ser lo que el Museo Nacional de Antropología es a México, el Louvre a Paris o el Museo del Oro a Bogotá. Un edificio moderno y representativo, cuyo diseño sea el resultado de un concurso internacional. El MNP deberá ser además la sede del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural Monumental en sustitución del Area de Arqueología del Viceministerio de Patrimonio e Industrias Culturales y, como tal, estar a cargo de la conducción de la política de Estado en materia de patrimonio cultural mueble e inmueble y ser la sede del Sistema de Archivos y Depósitos Nacionales que albergue en condiciones idóneas (estándares de inventario, registro y catalogación, sistemas de información y bancos de datos únicos) las vastas colecciones históricas, arqueológicas y antropológicas que se van recuperando en el país. En nuestro país donde se escarbe aparecen restos, como lo ha demostrado el descubrimiento del señor de Wari. Por otro lado, se deberían endurecer las sanciones a los traficantes del patrimonio nacional y ser declarados traidores a la patria. Por último, se viene anunciando que la primera colección de piezas de Machu Picchu devueltas por Yale se expondrían en Palacio de Gobierno, una demostración más de la poca importancia que le damos a nuestros museos.
Un espacio marginal
Por otro lado, el Museo de la Nación conformado por 16,000 piezas prehispánicas, ya no existe. Este tuvo que ser desmantelado el 2007 para recibir el ALCUE aunque todavía están allí los depósitos y el registro de las piezas almacenadas, mas no el Ídolo de Pachacamac, el que según se dice estaría en Palacio de Gobierno. Igualmente, el Museo de la Cultura ya quedó marginado por el avance de la ciudad hacia el este, las barandas del metropolitano y las combis de la Av. Alfonso Ugarte.
Fonte: http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20110421/32/node/344716/todos/11 (21/04/2011)
María del Carmen Portillo B.
Si bien tenemos un nuevo Ministerio de la Cultura, desde hace 8 meses, se ha tenido que cerrar la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación porque la nueva administración descubrió que se estaba comercializando el patrimonio de la nación en el Jr. Amazonas y el internet. Si nadie sabe con certeza cuántos libros y documentos han desaparecido, cuál es la situación de los bienes que guardan nuestros museos, ¿está bien resguardada la herencia de nuestros antepasados?
Los museos contribuyen a la economía de un país y tienen un papel clave en la formación de la identidad porque guardan y conservan el conjunto del patrimonio cultural de una nación. Es más, los museos permiten el entendimiento y el diálogo entre las naciones, las que juntas expresan la visión común de la humanidad: el desenvolvimiento de las culturas y el desarrollo humano.
Sin embargo hasta ahora el Perú no termina de prestar atención a sus museos. A pesar de ser herederos de una de las culturas más importantes de América, el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú es literalmente un mendigo sentado en un banco de oro. De acuerdo a la página del museo, solo 143,628 personas visitaron el museo en el 2009. Ese mismo año, el Museo Nacional de Antropología de México recibió más de dos millones de visitantes y su sitio web más de 500 mil visitas.
La diferencia está en que México, al igual que otras capitales latinoamericanas, decidió invertir en cultura convirtiendo su patrimonio cultural y el entorno en donde se desarrollaron dichas culturas en un activo importante del país. Es decir, crearon valor de su patrimonio. México construyó su Museo Nacional en 19 meses. En el diseño participaron no solo ingenieros y arquitectos, sino también artistas, antropólogos e historiadores porque se tomó la decisión de exhibir no solo piezas prehispánicas, coloniales y republicanas, también dar cuenta de la diversidad étnica y cultural del país. La extensión de ambos museos es similar pero el área construida en México es mucho mayor que nuestro vetusto museo de Pueblo Libre, 23 salas permanentes vs 15.
Las colecciones de nuestro museo forman parte de los resultados de las expediciones de Max Ulhe en 1906 y Julio C. Tello en 1925, además de la adquisición de la colección de Víctor Larco Herrera en 1924. La página web menciona que el museo posee 65,000 piezas de cerámica y 32,000 valiosos textiles entre otras piezas, pero si solo hay 15 salas de exposición, cómo y dónde se guardan estos tesoros. Para nadie es un secreto además que en los depósitos hay un grave problema, no hay registros ni espacios climatizados.
Aunque del 2003 al 2006 se renovaron 3 salas y se construyó la sala virtual, desde esa fecha no se ha vuelto a hacer nada por uno de nuestros principales atractivos turísticos.
Es imprescindible pues crear una institución digna y emblemática de la milenaria cultura peruana. El Museo Nacional del Perú deberá ser lo que el Museo Nacional de Antropología es a México, el Louvre a Paris o el Museo del Oro a Bogotá. Un edificio moderno y representativo, cuyo diseño sea el resultado de un concurso internacional. El MNP deberá ser además la sede del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural Monumental en sustitución del Area de Arqueología del Viceministerio de Patrimonio e Industrias Culturales y, como tal, estar a cargo de la conducción de la política de Estado en materia de patrimonio cultural mueble e inmueble y ser la sede del Sistema de Archivos y Depósitos Nacionales que albergue en condiciones idóneas (estándares de inventario, registro y catalogación, sistemas de información y bancos de datos únicos) las vastas colecciones históricas, arqueológicas y antropológicas que se van recuperando en el país. En nuestro país donde se escarbe aparecen restos, como lo ha demostrado el descubrimiento del señor de Wari. Por otro lado, se deberían endurecer las sanciones a los traficantes del patrimonio nacional y ser declarados traidores a la patria. Por último, se viene anunciando que la primera colección de piezas de Machu Picchu devueltas por Yale se expondrían en Palacio de Gobierno, una demostración más de la poca importancia que le damos a nuestros museos.
Un espacio marginal
Por otro lado, el Museo de la Nación conformado por 16,000 piezas prehispánicas, ya no existe. Este tuvo que ser desmantelado el 2007 para recibir el ALCUE aunque todavía están allí los depósitos y el registro de las piezas almacenadas, mas no el Ídolo de Pachacamac, el que según se dice estaría en Palacio de Gobierno. Igualmente, el Museo de la Cultura ya quedó marginado por el avance de la ciudad hacia el este, las barandas del metropolitano y las combis de la Av. Alfonso Ugarte.
Fonte: http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20110421/32/node/344716/todos/11 (21/04/2011)
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