Hallazgos más relevantes de 2009


Foto: Mural El Rosario en Querétaro








Uma momia y complejos funerários, entre los descubrimientos registrados.

A lo largo y ancho del territorio nacional, una serie de hallazgos y estudios revolucionaron la actividad arqueológica en México durante 2009, como producto de proyectos de investigación de largo aliento que desarrolla el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta). Descubrimientos, en su mayoría de correspondientes a la época prehispánica, que han permitido ir avanzando en el conocimiento de las antiguas culturas mesoamericanas.

Complejo funerario en Tlatelolco. En la que fue la ciudad gemela de Teotihuacan, Tlatelolco, se registró el hallazgo de un complejo funerario novohispano, conformado por 50 esqueletos y cinco cráneos que podrían corresponder a víctimas de una sublevación durante la toma de Tlatelolco en manos de Hernán Cortés, o de las pestes de 1545 y 1576.

Este descubrimiento, en la Ciudad de México, se registró a finales de 2008 y principios de 2009, durante las exploraciones que arqueólogos del INAH realizaban con el fin de obtener evidencias materiales que confirmaran la fecha de construcción de la Etapa I del Templo Mayor de Tlatelolco, y con lo cual se determinará el momento de su fundación. Además, se abrió al público la Caja de Agua del Imperial Colegio de la Santa Cruz decorada con pintura mural, descubierta en 2002.

Reversión de humedad en Uxmal. Durante el desarrollo de labores para contrarrestar los problemas de humedad de diversos edificios de la Zona Arqueológica de Uxmal, arqueólogos del INAH detectaron una fachada anterior a la que el visitante puede observar hoy de la Gran Pirámide, y que representa los antecedentes de la arquitectura Puuc, célebre por el cuidadoso labrado de mosaico de piedra que cubre las fachadas.

La sección descubierta en febrero reveló un diseño que data del 250 al 500 d. C., y muestra variantes respecto a la arquitectura visible en el Cuadrángulo de las Monjas, el Palacio del Gobernador o el Templo de las Tortugas, edificios que corresponden al Clásico Tardío.

Subestructura con más de 1000 años de antigüedad. En medio de la temporada de excavaciones para determinar el desarrollo arquitectónico de edificios emblemáticos de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, fue hallada una subestructura de más de 1000 años de antigüedad, en las inmediaciones de las estructuras El Castillo y Templo de los Guerreros.

La construcción localizada en junio, corresponde al periodo previo de esplendor arquitectónico del sitio, entre los siglos VIII y IX, lo que aportará información sobre el urbanismo maya, ya que se estima que el máximo desarrollo de este lugar se dio en el siglo X, de este modo, la subestructura encontrada ayudará a asociar lo que aconteció en etapas anteriores.

Momia de la cultura ópata. Un entierro femenino momificado que data de la Colonia, entre los siglos XVII y XVIII, fue encontrado en julio, dentro de una cueva de la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Bavispe, Sonora. El hallazgo despertó gran interés de los especialistas del INAH, ya que las características de la inhumación y su ofrenda sugerían que el personaje en cuestión pudo ser en vida una curandera de la extinta cultura ópata.

La momia fue nombrada Óqui (mujer, en lengua ópata). El cuerpo mostraba evidencias de que fue atado, amordazado y colocado dentro de un saco mortuorio y cubierto con petates como parte de un ritual poco conocido. Asociados a él, había gran cantidad de vestigios de fibras, un cuenco de cerámica decorado, hilos y los restos de un infante cremado.

Murales teotihuacanos en el Bajío. El arte mural también floreció, en el sitio arqueológico de El Rosario, en Querétaro, se encontraron cuatro murales policromados de estilo teotihuacano, los cuales representan los únicos de esa cultura de los que hasta el momento se tiene noticia en la región del Bajío.

Las pinturas localizadas, en junio, en el pórtico de un edificio prehispánico, del área considerada como un centro ceremonial, datan del Periodo Clásico (200-650 d. C.), y fueron sometidas a labores de limpieza para su traslado al Museo Regional de Querétaro, con el fin de evitar su colapso debido a las condiciones geológicas del área y para facilitar su estudio por parte de los especialistas.

Cráneos y rifles en cenotes. El descubrimiento de una docena de cráneos prehispánicos mayas, dos rifles de la época colonial y cerca de medio centenar de vasijas, algunas con una antigüedad que data entre los años 400 al 250 a.C., fue de los más significativos en materia de arqueología subacuática. El hallazgo se registró en julio en varios en el interior cenotes de Yucatán, durante las exploraciones y el registro de estos pozos naturales para su integración al Atlas Arqueológico Subacuático de la Península de Yucatán.

Los cenotes en los que se localizaron los materiales prehispánicos y coloniales son: Balmi, Canun Che’en, La Guadalupana, Xkal Xkal y Kan Kab Che’en, con los cuales suman ya 28 los sitios de este tipo con evidencias culturales.

Pirámide en una huerta. En busca de un lugar para cultivar aguacate, José Humberto Téllez y Apolinar Piceno Guillén se toparon con una pirámide cubierta de maleza, en un predio ubicado en el municipio de Ario de Rosales, en Michoacán. Después de retirar la hierba se toparon con la base de una estructura piramidal.

El suceso se dio en agosto en la comunidad de Tipitarillo, y se trató de una yácata (basamento de forma rectangular que combina elementos semicirculares) de cuatro metros de altura, y 14 metros de ancho por 20 de largo, la cual cuenta con seis cuerpos escalonados, y en buen estado de conservación. El monumento podría haber sido parte de un centro ceremonial del periodo Clásico (300 y 850 d. C.), con posible influencia teotihuacana.

Deformaciones físicas en Tamtok. Las infecciones también afectaron a la población prehispánica, como lo revela el estudio realizado a los 37 entierros humanos de la cultura huasteca, hallados en octubre en la Zona Arqueológica de Tamtok, en San Luis Potosí, el cual indica que entre los años 1110 y 1200 d. C., un sector de la población sufrió graves infecciones que repercutieron en alteraciones físicas, como se advierte en las huellas que presentan los huesos.

De acuerdo con análisis arqueológicos y de antropología física, apuntan a que se trató de un grupo poblacional que se distinguía del resto, toda vez que todos los esqueletos que presentan patologías fueron descubiertos en el área norte conocida como La Noria, donde también se ubica la escultura monolítica Monumento 32, asociada con la fertilidad.

Rojo, negro, amarillo y un azul verdoso son los principales colores con que fueron creados los murales, en los que se identificaron imágenes de cuchillos curvos de obsidiana, corazones sangrantes, un personaje que podría tratarse de un animal o un humano rodeado de volutas que aluden a la palabra o al sonido, un posible escudo, un brasero con mango y un penacho.

Serie glífica en Chichén itzá. En el llamado Conjunto Casa Colorada, en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, se reanudaron excavaciones en noviembre para corroborar el origen de la antigua ciudad maya, a partir de una inscripción jeroglífica que hace alusión al año 869 d. C., fecha podría precisar el periodo de ocupación previa al auge de este sitio que ocurrió entre 1000 y 1100 d. C.

Dicha inscripción consta de una tira estilizada con glifos que se ubica en el arranque de la bóveda del edificio Casa Colorada, y que guarda un buen estado de conservación. De manera preliminar, los arqueólogos han logrado identificar datos relativos a algunos personajes mayas importantes, como gobernantes de Chichén Itzá y Ek Balam, además de la fecha de construcción del propio templo.

El dato importante en la inscripción es una fecha, un dato que habla del año 869 de nuestra era, la cual no únicamente nos ofrece un indicio sobre la posible construcción del conjunto sino que corroboraría una secuencia completa de la ocupación más antigua del sitio, hacia finales del periodo Clásico Tardío (entre 800 y el 850 d. C.).

Xipe Tótec surge en Tula. Una escultura con la efigie del dios Xipe Tótec, de 85 centímetros de altura hecha en cerámica, cuatro entierros humanos con restos óseos y dos ofrendas, fueron descubiertos el 2 de diciembre, un predio particular aledaño a la Zona Arqueológica de Tula, Hidalgo. Se trata la primera representación de esta deidad masculina descubierta en esta entidad.

El hallazgo se registró en el boulevard Iturbe, de la ciudad de Tula, a sólo unos metros de la valla perimetral del sitio arqueológico. Preliminarmente se ha determinado que pertenecen al periodo de 900-1150 d. C. La importancia del descubrimiento radicó en ser la primera escultura de este dios que se halla en un contexto tolteca. El área donde se presentó el descubrimiento, pudo tratarse de un barrio habitacional que se dedicó a la alfarería.

Fonte:
México, www.inah.gob.mx/ (23/12/2009)

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