El “Machu Picchu de Venezuela”

escrito por Elizabeth Montoya/DLA Táchira

Durán afirma que en otros sectores como El Ceibal o Zorca se han encontrado muchos cementerios y tipos de tumbas indígenas, pero que no persisten sobre todo porque el movimiento de las capas del suelo ha causado incluso derrumbes y zanjas pronunciadas que han trastocado el material arqueológico

"En Colinas de Queniquea hay una aldea, que a simple vista se puede ver los cortes que ellos hicieron en la montaña (terrazas) con unos muros de contención, y allí construyeron sus casas. Hay caminos centrales y caminos que unen unas terrazas con otras, hay también terrazas pequeñas que utilizaron como depósito para guardar cosas. También se encuentran algunos cortes para siembra, como especies de andenes".

Así describe la antropóloga Reina Durán el yacimiento arqueológico de una aldea prehispánica que estaba asentada a un margen de la hoy carretera de Las Talas en el sector Colinas de Queniquea, municipio Antonio José de Sucre.

--Nosotros estuvimos trabajando allí durante dos años, lo limpiamos y se veían las terrazas. Prácticamente desde que se hizo la excavación, que duró desde el 91 hasta el 93, hemos estado tratando de promover la creación también de un parque arqueológico--, señala.

30 terrazas
Durán destaca que un yacimiento de ese tipo no se consigue en ninguna otra parte de Venezuela, pues es toda una aldea indígena que data -según pruebas de carbono 14- de 300 años antes de Cristo. El yacimiento de 5.5 hectáreas cuenta con 30 terrazas alineadas horizontal y verticalmente, con los muros de contención en forma ovalada, reforzados por hileras de piedra, viviendas de forma circular y la tradicional cerámica reflejada en la variedad y decoración de las vasijas usadas con ofrendas o en sus actividades domésticas.

--Es la primera evidencia de un pueblo prehispánico en Venezuela. Se han conseguido muchas terrazas de habitación o de uso agrícola, pero no esa cantidad de terrazas, pues treinta terrazas significa ya una población de más 150 personas, es decir, una aldea bastante grande. Tenían algunas particularidades que nos evidencian el notable desarrollo cultural basado en construcciones con técnicas arquitectónicas. Debieron tener en cuenta unos principios de ingeniería para, por ejemplo, hacer correr las aguas sin que afectara las viviendas, la disposición de las piedras para formar los muros de contención--, afirma.

La arqueóloga defiende esta tesis de un gran desarrollo cultural de los indígenas que habitaron estas tierras para esa época, y afirma incluso que "lo de que sólo vivían de la caza, pesca y la recolección es un cuento chino que le han metido a uno de los indígenas".

--Eso era parte de su sustento básico, pero en general era gente que trabajaba mucho. Que hacían intercambio con indígenas de otros asentamientos del estado como los Zorca, que vivían en el Valle de San Cristóbal, porque se pueden ver las semejanzas entre las formas de la decoración y algunos glifos que se repiten mucho. De alguna otra manera, los indígenas de El Ceibal se comunicaban con los de Zorca, y esta gente con los de Colinas de Queniquea--, destaca.

Parque e investigación
Se estima que esta aldea duró hasta alrededor del siglo XI d.C, es decir, que se había acabado antes de la llegada de los españoles a estas tierras. Durán señala que existen todas las posibilidades de destapar aún más las terrazas y desarrollar este parque arqueológico de Colinas de Queniquea, para convertirlo en el Machu Picchu de Venezuela, que permita continuar la investigación, con el destape total de la aldea y sirva como atractivo turístico que genere ingresos por esta vía a la municipalidad.

--Nosotros presentamos los proyectos de lo que debería hacerse en el sitio, pero si no nos hacen caso es lo mismo que nada. Nosotros tenemos la buena voluntad de brindar la asesoría pero no tenemos recursos para ejecutarlos. Así que le corresponde a las alcaldías o a la Gobernación directamente encargarse de eso. No se requiere una muy alta inversión. El paso fundamental en este caso es comprar terrenos, que de hecho ya están declarados bien de interés cultural y no se pueden vender porque va contra la ley--, afirma.

De hecho, asegura que por ley, el Estado -sea regional o municipal- no tiene ni necesidad de preguntar si la gente lo quiere vender o no, sino que lo declara de utilidad pública y hace la negociación con los dueños, que de hecho tienen gran apertura a vender por lo mismo que no pueden enajenar o vender este tipo de bienes por la posibilidad de daños al patrimonio cultural.

En fin, señala, todo es cuestión de voluntad, comprar los terrenos, cercar y ejecutar el proyecto que ya está listo tanto en su parte teórica como de proyección.

--De hecho se pueden construir algunas viviendas según los parámetros de ellos, porque hubo sitios en que nosotros conseguimos incluso las huellas de los postes y cómo eran las divisiones internas que se veían ahí también con palos pequeños. En el proyecto también planteamos diferentes usos del sitio, pues al re-excavar puedes abrir más terrazas y conseguir otras cosas y seguir investigando mientras la gente va y visita el sitio--, asegura.

Falta "mano dura"
Reina Durán señala que algunos dueños de terrenos pretenden abusar con los precios de los terrenos y porque saben que se hizo una excavación quieren cobrar más de lo que corresponde. "Quieren cobrar por el contenido que no es de ellos, sino de la Nación, y el Estado no tiene que permitir eso que va contra la ley, sino que debe pagarlos al costo real porque por lo general ni siquiera tienen servicios", asegura.

En su opinión, lo que ha faltado es "mano dura" por parte del Estado para aplicar la ley y poner al servicio de la comunidad unos bienes que son de todos.

--La gente va dañando todo. Antes ese yacimiento de Queniquea era un potrero silvestre. Ahora hay una siembra de caña de azúcar. A medida que el tiempo pasa la gente va dañando, al sembrar, las raíces dañan los muros y los materiales que estén en el lugar. Cuando se decidan a hacer el proyecto ya habrán acabado con eso. La gente quita las piedras para un lado porque les fastidia. En La Grita, en un sitio cercano a Cariquena había también unas ruinas de un pueblo colonial con muros de piedra, años después que volvimos el dueño de los terrenos había pasado un tractor y acabó con todo. Aunque eso está penado por ley, uno le dice a las autoridades pero no hacen nada porque uno lo que hace es arar en el mar--, alerta.

5.000 años de historia
El Museo del Táchira preserva una colección antropológica y arqueológica que han permitido establecer comparaciones entre los diversos grupos étnicos que habitaron estas tierras. Reina Durán, afirma que "los hallazgos arqueológicos nos demuestran que hubo una población indígena, no tan nómadas, sino con una gran cultura y técnicas desarrolladas".

Por medio de las investigaciones realizadas se ha obtenido una variedad arqueológica como vasijas de cerámica, adornos como collares, utensilios para cazar y alimentarse como las piedras de moler, y martillos, conchas de moluscos, así como urnas funerarias, entierros momificados y cestas hechas por los indígenas nativos.

Desde el período Mezo Indio (que va desde el 10.000 a.C., hasta el 1.000 a.C.) hay yacimientos muy representativos como los de Seboruco -de más antigüedad, reseñados alrededor de 3.000 años a.C. -, en los sectores de Santa Filomena y Las Mesas que han sido muy estudiados, y donde hay gran abundancia de conchas de caracol que usaban los indígenas como parte de su alimentación y en ritos funerarios.

Durán afirma que cada yacimiento aporta un granito de arena para poder reconstruir lentamente, pero seguro, el desarrollo de esas etnias dentro del territorio tachirense. En ese sentido, han ido relacionando cada sitio para comprender la forma en que esos grupos se movieron dentro del territorio tachirense.

--La hipótesis de nuestro trabajo habla de tres grupos o familias principales que habitaron en el Táchira. Los Caribes en el norte, por el sur los Arahuaco y por el oeste una corriente Betoy. Son tres familias principales que en diferentes períodos de tiempo estuvieron ocupando diferentes tierras en el estado--, afirma.

Ruta de Petroglifos
Reina Durán destaca que Ayacucho es uno de los municipios de mayor importancia arqueológica. Se han realizado cuatro temporadas de excavaciones con varios yacimientos importantes.

--Incluso en el sector de La Blanca se consigue una plazuela indígena destapada "in situ". Luego destapamos un abrigo rocoso al borde de la carretera con muchos restos y cerámicas. Cualquiera lo puede ver. La municipalidad puede hacerle un pequeño arreglo afuera que no cuesta mucho. En Los Vegones, destapamos unas terrazas de agricultura y hay otro abrigo rocoso con un petroglifo en una de las paredes de las rocas.

Sin embargo, su mayor riqueza arqueológica se debe a la presencia de más de 100 petroglifos -como la llamada Piedra del Mapa ubicada en la escuela Ríos Reina-. Estiman que hasta en las avenidas hay petroglifos, por lo que suponen que puede haber muchos más que no conocen por estar dentro de viviendas o en sitios pocos accesibles de los que no han recibido notificación.

--Esto puede ser explotado turísticamente. En Lobatera también hay petroglifos importantes como la llamada Piedra del Indio. Bien cuidado ese petroglifo, y disponiendo de un techo y unas bancas sencillas, se puede mejorar la infraestructura para el turista. También en Menorica-La Cuchilla en Seboruco hay un jardín como de siete petroglifos juntos. Además en este sitio hay abrigos rocosos y cascadas naturales que convierten al sitio en un lugar verdaderamente atractivo para visitar--, señala.

Afirma que en Michelena también hay petroglifos, por lo que se puede establecer una "Ruta de los Petroglifos" que pasa por Lobatera, Michelena, San Juan de Colón hasta llegar a Seboruco.

Mini necrópolis
Por otra parte, señala que en el sector de Angostura -entre Pueblo Hondo y San Simón en el municipio Jáuregui, se consigue una mini-necrópolis con tumbas tipo mintoy con un muro de protección: tiene una tumba principal de un jefe y varios entierros dispuestos en forma circular alrededor. Indicó que cuando se hizo la excavación la tumba fue destapada para que la genta pudiera verla "in situ".

Fonte: http://diariodelosandes.com/content/view/129516/105841/ (01/09/2010)

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