Los primeros artistas de Centroamérica
Abrazados por temperaturas superiores a los 37 grados centígrados, arqueólogos franceses y salvadoreños recorren la zona oriental de El Salvador en busca de la huella artística de los primeros habitantes de este país centroamericano, una difícil misión debido a la falta de documentación y el escaso conocimiento que hay sobre esta materia.
Los arqueólogos franceses Phillippe Costa, Sebastián Perrot-Minnot, Eric Gelliot y Simon Mercier, acompañados por Ligia Manzano, directora de la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador (UES), llevaron a cabo una misión investigadora de los vestigios del primer arte expresado en territorio salvadoreño por los departamentos de Morazán, Usulután y La Unión entre el 2 y 16 de febrero pasados.
Entre una espesa vegetación y en lugares de difícil acceso, los investigadores identificaron pinturas y grabados en once sitios arqueológicos de los "cuales solo existe poca información, a veces solamente una línea en una lista o una indicación sobre un mapa",explica a Efe Reportajes Phillippe Costa, director del proyecto "Reconocimiento y contextualización del arte rupestre salvadoreño 2011".
Durante su recorrido encontraron una cueva en la localidad de Morazán, en el este salvadoreño, con una "plataforma arreglada" y "un motivo rupestre, posiblemente maya", describió Costa, estudiante de la Universidad de la Sorbonne, de París, e investigador asociado del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA).
"Esto confirma nuevamente que la frontera de Mesoamérica no se ha quedado al oeste del río Lempa", sostuvo el experto refiriéndose al mayor río del país, que prácticamente divide en dos su territorio, al recorrerlo de norte a sur, por lo que este hallazgo haría suponer que los mayas cruzaron sus aguas y probablemente se establecieron en los departamentos que actualmente colindan por el este con Honduras y Nicaragua.
PRIMEROS HALLAZGOS: PINTURAS Y GRABADOS DISPERSOS.
En sus largas caminatas por terrenos, en su mayoría privados y sin protección de las autoridades de Patrimonio Cultural, Costa y su equipo redescubrieron un sitio arqueológico "de dimensiones impresionantes" en el cerro Corobán, en el departamento de Morazán, que había sido registrado en 1926 y descrito como un lugar "defensivo".
"En realidad se trata probablemente de uno de los yacimientos arqueológicos mayores del oriente de El Salvador, con cerca de 20 montículos artificiales con base de piedra.
Por su posición defensiva y las proporciones muy alargadas de las plataformas, se trata probablemente de un sitio del posclásico temprano (900-1200 d.C.)", sostuvo.
La expedición también los llevó hasta las pequeñas islas del golfo de Fonseca, región del Pacífico que este país comparte con Honduras y Nicaragua, en donde identificaron "una gran riqueza de arte rupestre" oculta por la espesa vegetación que inunda esta zona, a pesar de los avasallantes rayos del sol.
"La variedad de los estilos que se observaron ilustra la diversidad de las culturas que han cohabitado y que se han sucedido en la zona. Algunas rocas con motivos figurativos de monos recuerdan figuras que se pueden observar en Honduras", describió Costa.
Agregó que en los grabados de piedras y rocas observaron técnicas "como el inciso y la percusión", aunque destacó la necesidad de realizar más exploraciones para determinar las fechas de origen.
También en las pinturas vio una supremacía de los tonos rojos, un elemento que consideró "una constante de las pinturas rupestres" en todo el mundo, aunque en este caso aparecían también otras tonalidades como "blanco, verde, azul, amarillo y anaranjado".
"Aún no se conocen los componentes de los pigmentos utilizados. Para ello se necesita realizar análisis en laboratorio (...) es posible que los colores rojos, anaranjados y amarillo, de los sitios visitados en El Salvador, provienen de ocres (arcillas ricas en
óxido de hierro)", explicó.
Detalló que los "ocres son pigmentos muy resistentes y las diferentes tonalidades pueden provenir de la calcinación de las arcillas".
DAÑOS IRREPARABLES POR LAS SUPERSTICIONES Y LOS SAQUEOS.
Las pinturas y grabados diseminados por la zona oriental de El Salvador en su mayoría se encuentran, según Costa, "bien conservados"; no obstante, la situación de estos es desigual, pues en algunos sitios, como la Piedra del Diablo, en la Laguna de Olomega, en el departamento de San Miguel, "han sufrido bastantes daños".
"Es común que la gente cuente que en los sitios donde hay arte rupestre las personas vienen a pactar con el diablo y las marcas en la roca son las firmas de estos 'contratos'. En el caso de la Piedra del Diablo, la imagen fue mutilada, ya que el rostro del personaje fue borrado por abrasión y se le grabó encima un rostro de diablo", relató Costa.
Destacó que los sitios más alejados de las poblaciones están mejor "conservados", por lo que advirtió que el daño del hombre suele ser más devastador que el paso de la naturaleza.
"En El Salvador, como en otros países centroamericanos, se debe hacer mucho énfasis en la educación y el conocimiento del arte rupestre para que éste sea considerado en su justo valor patrimonial", advirtió.
La investigadora salvadoreña Ligia Manzano apuntó que "lamentablemente" el arte rupestre local también es vulnerable al "saqueo" y es otra víctima de la pobreza que impera en este país centroamericano.
"A la hora de procesar esta información debemos ser muy cuidadosos para que no se convierta en un arma de doble filo", indicó.
Relató que al observar la presencia de extranjeros, los vecinos se acercan a ellos para vender piezas arqueológicas, algunas de las cuales llegan incluso a ofrecer por 20 dólares.
"Creo que falta en el sistema educativo la parte del componente artístico", señaló.
Ante esta situación, como parte de la investigación de Costa, apoyada por el CEMCA, la Embajada de Francia y la Universidad de El Salvador, se elaborará un material didáctico que se distribuirá en las universidades, bibliotecas municipales y alcaldías, con el objetivo de enseñarle a la "población la importancia de cuidar y preservar los sitios arqueológicos", destacó Manzano.
Esta iniciativa busca evitar un destino fatal para estas maravillas salvadoreñas, ignoradas en medio de su vegetación, pero testigos del esplendor ancestral de sus primeros pobladores y con la influencia de la civilización maya.
INMIGRANTES MESOAMERICANOS.
En la zona norte del departamento de Morazán, en la frontera con Honduras, los expedicionarios encontraron "rasgos de tradición maya", en una región que, según Costa, estuvo ocupada por los indígenas "lencas", quienes mantuvieron "contacto estrecho y largo" con grupos de "inmigrantes mesoamericanos".
A juicio de Manzano, el territorio que actualmente ocupa El Salvador, a pesar de ser "muy pequeño", fue "muy estratégico para el paso o la comunicación con los otros territorios" de Centroamérica.
Costa detalló que a la llegada de los españoles, el territorio oriental de El Salvador estaba ocupado por los "lencas", pero estos compartían la zona con diversos grupos indígenas, como los "cacaoperas", los "mangues", los "ulúas" y los "pipiles".
Un ensayo del lingüista salvadoreño Jorge Lemus, titulado "El pueblo pipil y su lengua", relata que los "pipiles" probablemente provienen de un grupo de nahuas que salieron de México huyendo de la tiranía de los toltecas, pero aclara que las evidencias históricas son insuficientes para determinar la fecha exacta de su asentamiento en este pequeño país centroamericano.
Consultado sobre este estudio, el director nacional de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura de El Salvador, Ramón Rivas, expresó su escepticismo sobre el asunto, al afirmar que "el arte gráfico rupestre en el mayor de los casos es mucho más antiguo" de la época de esplendor de las primeras culturas de Mesoamérica.
"Cuando hablamos de arte gráfico rupestre muchas veces estamos hablando de los primeros asentamientos humanos que existieron aquí (...) Estamos hablando de grupos cazadores, recolectores y que en una necesidad de querer transmitir algo, lo plasmaban, ya sea en una roca o en una gruta, pero no me atrevería a decir (que) este gráfico rupestre tiene relación con la cultura náhuat, con los mayas, los aztecas o los toltecas", sostuvo.
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Jenny Lozano
EFE-Reportajes.
Fotos cortesía de la Secretaría de Arte de la Universidad de El Salvador
Fonte: http://elcanillita.com/actualidad/sociedad/3186-los-primeros-artistas-de-centroamerica (01/06/2011)
Los arqueólogos franceses Phillippe Costa, Sebastián Perrot-Minnot, Eric Gelliot y Simon Mercier, acompañados por Ligia Manzano, directora de la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad de El Salvador (UES), llevaron a cabo una misión investigadora de los vestigios del primer arte expresado en territorio salvadoreño por los departamentos de Morazán, Usulután y La Unión entre el 2 y 16 de febrero pasados.
Entre una espesa vegetación y en lugares de difícil acceso, los investigadores identificaron pinturas y grabados en once sitios arqueológicos de los "cuales solo existe poca información, a veces solamente una línea en una lista o una indicación sobre un mapa",explica a Efe Reportajes Phillippe Costa, director del proyecto "Reconocimiento y contextualización del arte rupestre salvadoreño 2011".
Durante su recorrido encontraron una cueva en la localidad de Morazán, en el este salvadoreño, con una "plataforma arreglada" y "un motivo rupestre, posiblemente maya", describió Costa, estudiante de la Universidad de la Sorbonne, de París, e investigador asociado del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA).
"Esto confirma nuevamente que la frontera de Mesoamérica no se ha quedado al oeste del río Lempa", sostuvo el experto refiriéndose al mayor río del país, que prácticamente divide en dos su territorio, al recorrerlo de norte a sur, por lo que este hallazgo haría suponer que los mayas cruzaron sus aguas y probablemente se establecieron en los departamentos que actualmente colindan por el este con Honduras y Nicaragua.
PRIMEROS HALLAZGOS: PINTURAS Y GRABADOS DISPERSOS.
En sus largas caminatas por terrenos, en su mayoría privados y sin protección de las autoridades de Patrimonio Cultural, Costa y su equipo redescubrieron un sitio arqueológico "de dimensiones impresionantes" en el cerro Corobán, en el departamento de Morazán, que había sido registrado en 1926 y descrito como un lugar "defensivo".
"En realidad se trata probablemente de uno de los yacimientos arqueológicos mayores del oriente de El Salvador, con cerca de 20 montículos artificiales con base de piedra.
Por su posición defensiva y las proporciones muy alargadas de las plataformas, se trata probablemente de un sitio del posclásico temprano (900-1200 d.C.)", sostuvo.
La expedición también los llevó hasta las pequeñas islas del golfo de Fonseca, región del Pacífico que este país comparte con Honduras y Nicaragua, en donde identificaron "una gran riqueza de arte rupestre" oculta por la espesa vegetación que inunda esta zona, a pesar de los avasallantes rayos del sol.
"La variedad de los estilos que se observaron ilustra la diversidad de las culturas que han cohabitado y que se han sucedido en la zona. Algunas rocas con motivos figurativos de monos recuerdan figuras que se pueden observar en Honduras", describió Costa.
Agregó que en los grabados de piedras y rocas observaron técnicas "como el inciso y la percusión", aunque destacó la necesidad de realizar más exploraciones para determinar las fechas de origen.
También en las pinturas vio una supremacía de los tonos rojos, un elemento que consideró "una constante de las pinturas rupestres" en todo el mundo, aunque en este caso aparecían también otras tonalidades como "blanco, verde, azul, amarillo y anaranjado".
"Aún no se conocen los componentes de los pigmentos utilizados. Para ello se necesita realizar análisis en laboratorio (...) es posible que los colores rojos, anaranjados y amarillo, de los sitios visitados en El Salvador, provienen de ocres (arcillas ricas en
óxido de hierro)", explicó.
Detalló que los "ocres son pigmentos muy resistentes y las diferentes tonalidades pueden provenir de la calcinación de las arcillas".
DAÑOS IRREPARABLES POR LAS SUPERSTICIONES Y LOS SAQUEOS.
Las pinturas y grabados diseminados por la zona oriental de El Salvador en su mayoría se encuentran, según Costa, "bien conservados"; no obstante, la situación de estos es desigual, pues en algunos sitios, como la Piedra del Diablo, en la Laguna de Olomega, en el departamento de San Miguel, "han sufrido bastantes daños".
"Es común que la gente cuente que en los sitios donde hay arte rupestre las personas vienen a pactar con el diablo y las marcas en la roca son las firmas de estos 'contratos'. En el caso de la Piedra del Diablo, la imagen fue mutilada, ya que el rostro del personaje fue borrado por abrasión y se le grabó encima un rostro de diablo", relató Costa.
Destacó que los sitios más alejados de las poblaciones están mejor "conservados", por lo que advirtió que el daño del hombre suele ser más devastador que el paso de la naturaleza.
"En El Salvador, como en otros países centroamericanos, se debe hacer mucho énfasis en la educación y el conocimiento del arte rupestre para que éste sea considerado en su justo valor patrimonial", advirtió.
La investigadora salvadoreña Ligia Manzano apuntó que "lamentablemente" el arte rupestre local también es vulnerable al "saqueo" y es otra víctima de la pobreza que impera en este país centroamericano.
"A la hora de procesar esta información debemos ser muy cuidadosos para que no se convierta en un arma de doble filo", indicó.
Relató que al observar la presencia de extranjeros, los vecinos se acercan a ellos para vender piezas arqueológicas, algunas de las cuales llegan incluso a ofrecer por 20 dólares.
"Creo que falta en el sistema educativo la parte del componente artístico", señaló.
Ante esta situación, como parte de la investigación de Costa, apoyada por el CEMCA, la Embajada de Francia y la Universidad de El Salvador, se elaborará un material didáctico que se distribuirá en las universidades, bibliotecas municipales y alcaldías, con el objetivo de enseñarle a la "población la importancia de cuidar y preservar los sitios arqueológicos", destacó Manzano.
Esta iniciativa busca evitar un destino fatal para estas maravillas salvadoreñas, ignoradas en medio de su vegetación, pero testigos del esplendor ancestral de sus primeros pobladores y con la influencia de la civilización maya.
INMIGRANTES MESOAMERICANOS.
En la zona norte del departamento de Morazán, en la frontera con Honduras, los expedicionarios encontraron "rasgos de tradición maya", en una región que, según Costa, estuvo ocupada por los indígenas "lencas", quienes mantuvieron "contacto estrecho y largo" con grupos de "inmigrantes mesoamericanos".
A juicio de Manzano, el territorio que actualmente ocupa El Salvador, a pesar de ser "muy pequeño", fue "muy estratégico para el paso o la comunicación con los otros territorios" de Centroamérica.
Costa detalló que a la llegada de los españoles, el territorio oriental de El Salvador estaba ocupado por los "lencas", pero estos compartían la zona con diversos grupos indígenas, como los "cacaoperas", los "mangues", los "ulúas" y los "pipiles".
Un ensayo del lingüista salvadoreño Jorge Lemus, titulado "El pueblo pipil y su lengua", relata que los "pipiles" probablemente provienen de un grupo de nahuas que salieron de México huyendo de la tiranía de los toltecas, pero aclara que las evidencias históricas son insuficientes para determinar la fecha exacta de su asentamiento en este pequeño país centroamericano.
Consultado sobre este estudio, el director nacional de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura de El Salvador, Ramón Rivas, expresó su escepticismo sobre el asunto, al afirmar que "el arte gráfico rupestre en el mayor de los casos es mucho más antiguo" de la época de esplendor de las primeras culturas de Mesoamérica.
"Cuando hablamos de arte gráfico rupestre muchas veces estamos hablando de los primeros asentamientos humanos que existieron aquí (...) Estamos hablando de grupos cazadores, recolectores y que en una necesidad de querer transmitir algo, lo plasmaban, ya sea en una roca o en una gruta, pero no me atrevería a decir (que) este gráfico rupestre tiene relación con la cultura náhuat, con los mayas, los aztecas o los toltecas", sostuvo.
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Jenny Lozano
EFE-Reportajes.
Fotos cortesía de la Secretaría de Arte de la Universidad de El Salvador
Fonte: http://elcanillita.com/actualidad/sociedad/3186-los-primeros-artistas-de-centroamerica (01/06/2011)
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