Pobladores solicitan al INAH que rescate ruinas mayas
AYUDA. El presidente de la Junta Municipal de Carrillo Puerto, Francisco Javier Marín Chan, pide a las autoridades que se hagan cargo del resguardo de las ruinas mayas.
Ejidatarios y campesinos de Felipe Carrillo Puerto decidieron conservar los vestigios arquitectónicos como una área protegida.
Por Francisco Ynurreta/ Corresponsal | El Universal
Entre la selva media baja, diezmada por el saqueo y estragos del tiempo, una ciudad maya espera ser rescatada. Consta de 82 promontorios de tipo piramidal y que fue descubierta por habitantes de El Cafetal hace siete décadas.
El presidente de la Junta Municipal de Carrillo Puerto, Francisco Javier Marín Chan, explicó que hace aproximadamente una década investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudiaron el lugar. “Estuvieron un tiempo estudiando, midiendo, pero se fueron y hasta la fecha no han vuelto”.
El Cafetal pertenece a la comunidad de Felipe Carrillo Puerto, ubicada a 42 kilómetros de Champotón, cabecera del mismo municipio, en Yucatán.
Marín Chan advierte que los vecinos se empeñan en cuidar el área, pero han sido burlados por saqueadores.
“La misma gente de Carrillo Puerto decidió que el lugar se conserve como un ‘área protegida’; hay ranchos, cercas, parcelas, pero nada más. Somos los propios ejidatarios y campesinos los que cuidamos. A cualquiera que veamos sospechoso lo interrogamos y lo invitamos a que salga de la zona”, comenta el funcionario.
Y reitera: “Nos interesa mucho cuidarla, estamos seguros de que es muy importante, por ello estamos en busca de autoridades competentes que miren este sitio arqueológico”.
Felipe Carrillo Puerto es una población de alrededor de 3 mil habitantes, muchos de ellos de origen maya.
La zona de vestigios se encuentra a nueve kilómetros de Carrillo Puerto, en un camino lodoso.
En El Cafetal no se permite ninguna actividad que afecte la zona, es un espacio que la misma gente de Felipe Carrillo Puerto decidió se conserve como área protegida, informó el presidente de la Junta Municipal.
Leyendas e historia
“Lo conocemos como El Cafetal porque abundan las plantas de café en el lugar”, hablan dos de los fundadores del poblado, Rosa María Blanco Narváez, de 83 años de edad, y Francisco Tuz, de 90 años.
Rosa María evoca que desde niña, cuando iba con sus padres a las labores del campo a las milpas aledañas al Cafetal, tuvieron conocimiento de los más de 80 montículos conocidos como “cuyos” que evidentemente eran rastros de la cultura maya.
“Desde ese momento, hace ya más de 70 años, mis padres reportaron el hallazgo a todas las autoridades, desde las municipales, estatales hasta las federales, que en ese entonces eran responsables de rescatar estos sitios arqueológicos”, comenta la anciana de gratos recuerdos.
Y añade, “hasta la presente fecha ninguna de esas autoridades ha hecho algo por este sitio, que con el paso del tiempo se ha deteriorado más. Al daño han contribuido personas que tratan de sacar provecho del abandono; los saqueadores”. En este contexto, relata lo que suena a leyenda mezclada con sucesos reales que validan otros habitantes de la comunidad: “Con mi difunto esposo, Benito Caamal Ordóñez, que también se dedicaba a las labores del campo, íbamos a trabajar la tierra que dejaron nuestros padres, allá en El Cafetal, en donde muchas veces nos quedábamos hasta de noche envueltos en la tarea. En muchas ocasiones escuchamos murmullos, lamentos y hasta gritos que parecían venir de los ‘cuyos’”.
“Pero no les dábamos mucha importancia, pues en esta región son muy firmes las creencias de que alrededor de las milpas y de los ‘cuyos’ existen aluxes a los que debemos respeto para que nuestras cosechas sean buenas, además de que también pensamos que entre esas piedras, ruinas, de esos antiguos pueblos mayas, quedaron grabadas sus formas de vida y hasta los sacrificios humanos que se dice eran parte de sus costumbres”.
Francisco Tuz, el nonagenario hombre de campo que por su recia actividad conserva la fortaleza física de sus claras raíces mayas, comenta que es una verdadera lástima que las autoridades no hagan nada por ese recinto arqueológico maya.
“Si tomaran cartas en el asunto mucha gente que ya no ve producir sus milpas podría trabajar en la restauración del lugar, teniendo la posibilidad de ganarse un sustento para sus familias, además llegarían turistas que traerían economía para esta comunidad”.
Rosa María y Francisco relatan una anécdota en torno al recinto arqueológico de El Cafetal y aunque no precisan fechas coinciden en que ocurrió entre 15 y 20 años atrás.
“En ese entonces, dicen, llegaron moradores del poblado Felipe Carrillo Puerto hasta uno de los principales ‘cuyos’, del cual sacaron muñecos, trastes y otras cosas de cerámica o quizá de jade que se llevaron sin que nadie los detuviera, pero no pasó mucho tiempo hasta que ellos mismos regresaron a devolverlos de donde los tomaron”.
“Comentaron a varias personas del poblado, entre ellos a nosotros, que tuvieron que hacerlo porque no podían dormir, que por las noches eran acosados por seres que no identificaban; y hasta la fecha cada año en el mes de marzo vienen al pie de la ruina que saquearon a colocar ofrendas, pues de no hacerlo regresan sus pesadillas”.
Fonte: http://www.eluniversal.com.mx/estados/80920.html (25/06/2011)
Ejidatarios y campesinos de Felipe Carrillo Puerto decidieron conservar los vestigios arquitectónicos como una área protegida.
Por Francisco Ynurreta/ Corresponsal | El Universal
Entre la selva media baja, diezmada por el saqueo y estragos del tiempo, una ciudad maya espera ser rescatada. Consta de 82 promontorios de tipo piramidal y que fue descubierta por habitantes de El Cafetal hace siete décadas.
El presidente de la Junta Municipal de Carrillo Puerto, Francisco Javier Marín Chan, explicó que hace aproximadamente una década investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudiaron el lugar. “Estuvieron un tiempo estudiando, midiendo, pero se fueron y hasta la fecha no han vuelto”.
El Cafetal pertenece a la comunidad de Felipe Carrillo Puerto, ubicada a 42 kilómetros de Champotón, cabecera del mismo municipio, en Yucatán.
Marín Chan advierte que los vecinos se empeñan en cuidar el área, pero han sido burlados por saqueadores.
“La misma gente de Carrillo Puerto decidió que el lugar se conserve como un ‘área protegida’; hay ranchos, cercas, parcelas, pero nada más. Somos los propios ejidatarios y campesinos los que cuidamos. A cualquiera que veamos sospechoso lo interrogamos y lo invitamos a que salga de la zona”, comenta el funcionario.
Y reitera: “Nos interesa mucho cuidarla, estamos seguros de que es muy importante, por ello estamos en busca de autoridades competentes que miren este sitio arqueológico”.
Felipe Carrillo Puerto es una población de alrededor de 3 mil habitantes, muchos de ellos de origen maya.
La zona de vestigios se encuentra a nueve kilómetros de Carrillo Puerto, en un camino lodoso.
En El Cafetal no se permite ninguna actividad que afecte la zona, es un espacio que la misma gente de Felipe Carrillo Puerto decidió se conserve como área protegida, informó el presidente de la Junta Municipal.
Leyendas e historia
“Lo conocemos como El Cafetal porque abundan las plantas de café en el lugar”, hablan dos de los fundadores del poblado, Rosa María Blanco Narváez, de 83 años de edad, y Francisco Tuz, de 90 años.
Rosa María evoca que desde niña, cuando iba con sus padres a las labores del campo a las milpas aledañas al Cafetal, tuvieron conocimiento de los más de 80 montículos conocidos como “cuyos” que evidentemente eran rastros de la cultura maya.
“Desde ese momento, hace ya más de 70 años, mis padres reportaron el hallazgo a todas las autoridades, desde las municipales, estatales hasta las federales, que en ese entonces eran responsables de rescatar estos sitios arqueológicos”, comenta la anciana de gratos recuerdos.
Y añade, “hasta la presente fecha ninguna de esas autoridades ha hecho algo por este sitio, que con el paso del tiempo se ha deteriorado más. Al daño han contribuido personas que tratan de sacar provecho del abandono; los saqueadores”. En este contexto, relata lo que suena a leyenda mezclada con sucesos reales que validan otros habitantes de la comunidad: “Con mi difunto esposo, Benito Caamal Ordóñez, que también se dedicaba a las labores del campo, íbamos a trabajar la tierra que dejaron nuestros padres, allá en El Cafetal, en donde muchas veces nos quedábamos hasta de noche envueltos en la tarea. En muchas ocasiones escuchamos murmullos, lamentos y hasta gritos que parecían venir de los ‘cuyos’”.
“Pero no les dábamos mucha importancia, pues en esta región son muy firmes las creencias de que alrededor de las milpas y de los ‘cuyos’ existen aluxes a los que debemos respeto para que nuestras cosechas sean buenas, además de que también pensamos que entre esas piedras, ruinas, de esos antiguos pueblos mayas, quedaron grabadas sus formas de vida y hasta los sacrificios humanos que se dice eran parte de sus costumbres”.
Francisco Tuz, el nonagenario hombre de campo que por su recia actividad conserva la fortaleza física de sus claras raíces mayas, comenta que es una verdadera lástima que las autoridades no hagan nada por ese recinto arqueológico maya.
“Si tomaran cartas en el asunto mucha gente que ya no ve producir sus milpas podría trabajar en la restauración del lugar, teniendo la posibilidad de ganarse un sustento para sus familias, además llegarían turistas que traerían economía para esta comunidad”.
Rosa María y Francisco relatan una anécdota en torno al recinto arqueológico de El Cafetal y aunque no precisan fechas coinciden en que ocurrió entre 15 y 20 años atrás.
“En ese entonces, dicen, llegaron moradores del poblado Felipe Carrillo Puerto hasta uno de los principales ‘cuyos’, del cual sacaron muñecos, trastes y otras cosas de cerámica o quizá de jade que se llevaron sin que nadie los detuviera, pero no pasó mucho tiempo hasta que ellos mismos regresaron a devolverlos de donde los tomaron”.
“Comentaron a varias personas del poblado, entre ellos a nosotros, que tuvieron que hacerlo porque no podían dormir, que por las noches eran acosados por seres que no identificaban; y hasta la fecha cada año en el mes de marzo vienen al pie de la ruina que saquearon a colocar ofrendas, pues de no hacerlo regresan sus pesadillas”.
Fonte: http://www.eluniversal.com.mx/estados/80920.html (25/06/2011)
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