El esplendor de la cultura totonaca llegó a Quiahuiztlán
Xalapa, Ver.- Veracruz, uno de los estados más ricos en historia, naturaleza y diversidad cultural se enorgullece de resguardar en su geografía a una de las evidencias de la grandeza y poderío de la cultura totonaca, que hoy día y a través de los años, permanece viva.
Enclavado en El Cerro de Los Metates (nombrado así por la cantidad de objetos encontrados), a un costado de la carretera Cardel-Nautla y a 11 kilómetros del puerto de Veracruz, se encuentra uno de los vestigios más hermosos del Totonacapan, no sólo por su belleza natural sino también por su valor histórico, puesto que es esta ciudad, fortaleza y cementerio, clave para entender el paso de Hernán Cortés por la zona, establecer alianzas y, finalmente, derrocar al señorío mexica.
Quiahuiztlán (en náhuatl, lugar de la lluvia o donde llovizna) vio su esplendor como señorío del Totonacapan desde el 900 D. C. y se estima que hasta 1519 D. C., ya influido por la cultura mexica; sin embargo, es este pueblo uno de los más ricos en influencias, especialmente arquitectónicas, ya que se observa en algunas de sus edificaciones, fuerte influencia externa, especialmente, de la cultura tolteca.
Se trata de una de las zonas arqueológicas más impactantes de la cultura totonaca, cuyo relieve irregular del cerro en el que posa dificultó en su momento la extensión urbana; sin embargo, dio pie a la construcción de una pequeña ciudad y fortaleza, que desarrolló a su vez un especial sentido espiritual y religioso a partir de la construcción de tumbas en forma de minúsculos templos.
El juego de pelota fue una de las actividades importantes. El terreno dedicado al cementerio se encuentra dividido en tres secciones: el cementerio central, que consta de 34 tumbas, todas con un mismo diseño arquitectónico; el cementerio oriental, que consta de dos estructuras y 22 tumbas de las que sólo se observa ya el arranque o base a través de piedras alineadas, y, en la parte más alta de esta ciudad, el cementerio sur, que consta sólo de 4 tumbas.
Sin embargo, y como uno de los atractivos principales, la plaza central ofrece una de las vistas más hermosas y espectaculares que ninguna otra zona arqueológica del estado ofrece: panorámica completa hacia el mar, a la costa de Villa Rica.
Quiahuiztlán, un lugar extraordinario que ofrece a los antropólogos un panorama inmenso para el desarrollo de la investigación y el descubrimiento de las culturas antiguas.
Fonte: http://www.veracruzanos.info/2011/05/el-esplendor-de-la-cultura-totonaca-llego-a-quiahuiztlan/ (28/05/2011)
Enclavado en El Cerro de Los Metates (nombrado así por la cantidad de objetos encontrados), a un costado de la carretera Cardel-Nautla y a 11 kilómetros del puerto de Veracruz, se encuentra uno de los vestigios más hermosos del Totonacapan, no sólo por su belleza natural sino también por su valor histórico, puesto que es esta ciudad, fortaleza y cementerio, clave para entender el paso de Hernán Cortés por la zona, establecer alianzas y, finalmente, derrocar al señorío mexica.
Quiahuiztlán (en náhuatl, lugar de la lluvia o donde llovizna) vio su esplendor como señorío del Totonacapan desde el 900 D. C. y se estima que hasta 1519 D. C., ya influido por la cultura mexica; sin embargo, es este pueblo uno de los más ricos en influencias, especialmente arquitectónicas, ya que se observa en algunas de sus edificaciones, fuerte influencia externa, especialmente, de la cultura tolteca.
Se trata de una de las zonas arqueológicas más impactantes de la cultura totonaca, cuyo relieve irregular del cerro en el que posa dificultó en su momento la extensión urbana; sin embargo, dio pie a la construcción de una pequeña ciudad y fortaleza, que desarrolló a su vez un especial sentido espiritual y religioso a partir de la construcción de tumbas en forma de minúsculos templos.
El juego de pelota fue una de las actividades importantes. El terreno dedicado al cementerio se encuentra dividido en tres secciones: el cementerio central, que consta de 34 tumbas, todas con un mismo diseño arquitectónico; el cementerio oriental, que consta de dos estructuras y 22 tumbas de las que sólo se observa ya el arranque o base a través de piedras alineadas, y, en la parte más alta de esta ciudad, el cementerio sur, que consta sólo de 4 tumbas.
Sin embargo, y como uno de los atractivos principales, la plaza central ofrece una de las vistas más hermosas y espectaculares que ninguna otra zona arqueológica del estado ofrece: panorámica completa hacia el mar, a la costa de Villa Rica.
Quiahuiztlán, un lugar extraordinario que ofrece a los antropólogos un panorama inmenso para el desarrollo de la investigación y el descubrimiento de las culturas antiguas.
Fonte: http://www.veracruzanos.info/2011/05/el-esplendor-de-la-cultura-totonaca-llego-a-quiahuiztlan/ (28/05/2011)
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