Montar una exposición es todo un arte

ADAPTACIÓN. El trabajo del museógrafo es aterrizar la idea curatorial de la muestra. En la imagen, piezas halladas en Palenque -exhibidas en el Museo Nacional de Antropología- con un diseño que alude al arco maya (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Ubicar una pieza o la iluminación ideal es un reto para museógrafos. En el Día Internacional de los Museos abordamos la labor de esos discretos profesionales.

La producción museográfica en México es vasta. Cada año se montan alrededor de 520 exposiciones temporales, la mayoría de ellas concentradas en la ciudad de México. Pero detrás de cada muestra se esconde un arduo trabajo de montaje.

Colgar un cuadro, montar una escultura, colocar los objetos en una vitrina, manejar la iluminación adecuada, distribuir los objetos en el espacio, es para los museográfos todo un reto, pues son ellos los encargados de traducir el lenguaje artístico a un espacio. Se trata, dicen, de la adaptación del guión museográfico al lenguaje espacial.

Tal como en el rodaje de una película, en el montaje de cada exposición participan desde personal de seguridad y limpieza, carpinteros, electricistas, especialistas en iluminación, hasta arquitectos, ingenieros, arqueólogos, restauradores e historiadores de arte.

Se trata de un trabajo minucioso que tiene como objetivo captar la atención del público. “Para nosotros, como museógrafos, el primer impacto que le das al visitante es básico, si logras convencer y transmitir esa curiosidad, esa intriga al espectador ya la hiciste. Esa es nuestra visión: tratar de hacer un recorrido ameno”, señala Arturo Cortés Hernández, museógrafo de la coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH.

El trabajo es pesado y minucioso, pero el resultado es satisfactorio. “Cada inauguración es mágica porque ves a un universo de gente entrando y buscando sus expectativas. Que aprecien la iluminación, la forma como está pegada la cédula o que se sienten a ver la proyección es satisfactorio, pero lo mejor de todo ese trabajo es ver que captaste la atención de los niños y a las escuelas en grupo visitándonos”, explica. Y es que el gran reto del museógrafo es adaptar al espacio la “intención científica” del curador.

En el caso de Seis ciudades antiguas de Mesoamérica. Sociedad y Medio Ambiente-exhibida actualmente en el Museo Nacional de Antropología-, explica Cortés Hernández, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, curador de la muestra, deseó que tuviera un sentido urbanístico y como museógrafos adaptamos esa idea urbanística. Por ejemplo las columnas de Tajin, relata, las recibimos por separado, trabajamos con el equipo de restauración y las contextualizamos para que el público pudiera tener una idea de cómo pudo haber sido esa zona. En el caso de la zona de Palenque, añade, también dimos una versión muy estilizada de lo que es el arco maya.

No sucede así con el arte contempóraneo. En el caso del arte contemporáneo, explica Joel Aguilar Fernández, museógrafo del Museo Universitario de Arte Comtemporáneo (MUAC-UNAM), se generan espacios para contextualizar “un poco” las obras, un poco porque en el arte contemporáneo lo que tratamos es que la obra hable por sí sola y que el público cuando venga se lleve su propia interpretación de la obra.

“Una museografía debe entender primero el discurso que quiere dar el curador, entender el valor de cada uno de los objetos que se van a exponer y servir de soporte y de ayuda para que esos objetos luzcan lo mejor posible, y el discurso se entienda”, comenta por su parte Claudia Barrón, subdirectora de exposiciones de este museo universitario.

“En el arte contemporáneo la museografía tiene que ser muy pulcra y muy minimalista para evitar sobrepasar a la obra de arte. En el arte conteporáneo la creatividad va en el sentido de cómo favorecer a la obra sin ser demasiado ostentosa”, añade Barrón.

Gran oferta
De acuerdo con María Fernanda Matos Moctezuma, titular de la Coordinación Nacional de Artes Plásticas del INBA, cada año se realizan alrededor de 500 exposiciones temporales.

Mientras que, según Arturo Cortés Hernández, la coordinación Nacional de Museos y exposiciones del INAH, esta institución recibe al año casi 40 propuestas para exposiciones, de las cuales se montan alrededor de 20.

Ante esta gran oferta museística, los especialistas aseguran que México cuenta con una rica experiencia tanto en la museografía como en el manejo de los museos. “En materia de museografía puedo decir que no estamos atrás de los grandes países. Hemos incluso marcado nuevas propuestas”, explica Matos Moctezuma.

En la museografía de la actualidad, añade la especialista, se toma en consideración la presencia del público y se trabaja con mucho rigor tanto en los aspectos tecnológicos como en los metodológicos.

Nuevas herramientas de trabajo
Los equipos multimedia y las nuevas tecnologías han permitido a los museógrafos, además de facilitarles el trabajo, realizar exposiciones más dinámicas y atraer a todo tipo de público.

Con las exposiciones de carácter arqueólogico, por ejemplo, los recursos multimedia han permitido proyectar espacios imposibles de recrear con los medios tradicionales. “Con el apoyo multimedia puedes dar un impacto muy parecido al guión que hizo el curador”, explica Rafael Valverde, subdirector del departamento de museografía del Museo Nacional de Antropología. Señala, por ejemplo, que gracias a los recursos multimedia lograron, en la exposición Rostros de la Divinidad. Los Mosaicos Mayas de Piedra Verde, la recreación de la tumba de Pakal, acompañado de todo su ajuar funerario, así como la reproducción de su lápida con tecnología de punta. Así el público pudo apreciar a detalle las imágenes iconográficas grabadas en la piedra y su significado.

A ese mismo recurso han recurrido en Seis ciudades antiguas de Mesoamérica..., en el que se proyectan videos con la recreación de cada estilo artístico de cada ciudad.
Sin duda las visitas se hacen más dinámicas cuando hay un recurso interactivo o una proyección, le dan al publico posibilidad de acercarse de otras maneras, le quitan la solemnidad a los museos y los convierten en algo más cercano, algo más cotidiano, como ver la televisión, señala Livier Jara García, subdirectora de museos, del INBA. Sin embargo, advierte que no se debe caer en el abuso de estos recursos: “con moderación pueden convivir muy bien las nuevas tecnlogías y los recursos tradicionales del museo. Se debe buscar aprovechar los recursos para mejorar el contenido, pero sin abusar de ellos y permitir que se diluya el mensaje”.

En tanto, Arturo Cortés Hernández señala que los recursos tecnológicos además de que permiten atraer a todo tipo de público, permiten también “estar a la vanguardia con la museografía a nivel mundial”.

Otro de los retos para la museografía es la presencia de los nuevos formatos de expresión artística. “No es lo mismo montar como se hacía hace 30 años; casi siempre eran obras enormes o esculturas. Ahora se montan instalaciones o intervenciones. Ha cambiado la manera de expresión plástica y eso ha cambiado las técnicas y conocimiento museográficos para enfrentar lenguajes plásticos”, explica Matos Moctezuma.

“Los formatos han cambiado, ya no son sólo lienzo, pintura, que son los formatos tradicionales, el arte ha dado para nuevas tecnologías, video e instalaciones, y toda la vanguardia de las tecnologías han detonado en generaciones creativas. Espacios como el Ex Teresa Arte Actual, el Arte Alameda o la galería José Maria Velasco son espacios para estas nuevas formas artísticas”, explica por su parte Jara García.

Pero una de las ventajas que tiene la museografía en México es la gran variedad de bienes culturales para exhibir y la gran oferta museística.

En el caso de los museos del INBA, dice Livier Jara García, los museos abarcan arte europeo del siglo XIV a principios del siglo XX, en el Museo de San Carlos, hasta las últimas propuestas de arte contemporáneo como las que se dan en el Museo de Arte Alameda o el Ex Teresa Arte Actual: “Toda esa diversidad de museos es tan rica e importante para el visitante que, a partir de eso, se puede entender que el arte no sólo es pintura y escultura, pero tampoco sólo es multimedia”.

Fonte: http://www.eluniversal.com.mx/cultura/65453.html (18/05/2011)

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