Las piezas de Machu Picchu por fin regresan a territorio peruano

Lima. El Gobierno lanzó en el último mes una intensa ofensiva para presionar a la Universidad de Yale, con marchas, discursos, amenazas judiciales y hasta una carta de Alan García al presidente de Estados Unidos, para que devuelva unas piezas únicas.

Ante esta situación, el centro académico accedió a negociar y devolverá una parte de las piezas antes del próximo 11 de julio de 2011, fecha en la que Perú celebrará el centenario del descubrimiento de Machu Picchu por parte del denominado `mundo occidental`.

Los pasos de Bingham en Perú
El 24 de julio de 1911, el investigador estadounidense Hiram Bingham llegó a las entonces desconocidas ruinas, semiocultas entre la maleza, guiado por habitantes de la zona en una expedición financiada por la Universidad de Yale y la National Geographic Society.

A Machu Picchu habían llegado antes exploradores peruanos como el hacendado Agustín Lizárraga, guía de Bingham, que ya en 1902 grabó su nombre en las rocas del sitio.

Este hallazgo tuvo más impacto que ningún otro, pues además de mostrar al mundo la obra más emblemática de los incas, produjo que al año siguiente un conjunto de piezas del sitio saliera del país con el visto bueno del gobierno de Augusto B. Leguía, que las prestó a Yale durante 18 meses para su estudio.

Ya entonces, los pobladores de Cuzco se echaron a las vías del tren, mientras que en el sureño puerto de Mollendo se organizaba un motín para evitar que salieran numerosas cajas con huesos y demás piezas.

Pasó el tiempo y la universidad no entregó los restos; es más, nuevas piezas le fueron llegando hasta 1916, y sólo en 1930 la institución publicó un catálogo ofreciendo devolver una parte de la colección, a lo que Perú se negó categóricamente.

La batalla legal
Tras décadas sin reclamar los vestigios, Perú apostó por recuperarlos a toda costa. El gobierno de Alejandro Toledo, que rigió los destinos del país en el periodo 2002-2006 llevó a juicio a la universidad americana, pero Alan García llegó al poder y prefirió calmar los ánimos. En 2007, ambas partes suscribieron un memorando de entendimiento, donde la universidad reconocía la propiedad peruana de las piezas pero se reservaba el derecho a investigarlas y se comprometía a dar una parte de la colección a un museo peruano de su gusto y a quedarse con el resto por otros 99 años. Según el procurador Eduardo Ferrero Costa, que representa a Perú en la contienda y cuenta con el apoyo de la National Geographic Society, los restos fueron un préstamo a cambio de investigación.

De acuerdo con las últimas conversaciones, parece que será la universidad cuzqueña la elegida para custodiar las primeras 370 piezas que Yale devolverá a inicios de 2011 año que, junto con el 2012, se espera retornen los otros objetos, para los que Perú deberá habilitar un nuevo edificio, sitio en el que los investigadores puedan continuar sus estudios.

Si todo sigue como lo anunciado, el caso peruano dejará de ser controvertido y seguirá la tendencia de un mundo que, como asegura la historiadora peruana Mariana Mould, "se está moviendo hacia la restitución oportuna de los bienes".

Los vestigios incas, una colección controvertida
Una delegación peruana desplazada a Yale contabilizó 369 piezas en condiciones de ser exhibidas. En total, 46.332 objetos que contrastan con los más de 4.000 contados por los expertos de Yale. Hay desde vasos para chicha (bebida de maíz) hasta tostadores de maíz de tres patas, morteros de grano y miles de huesos de quienes trabajaron en las laderas de la ciudadela. Los objetos, de valor más sentimental que arqueológico según algunos especialistas, dan pistas de cómo fue la vida en esta ciudadela del imperio inca construida en el siglo XV en un paraje fascinante entre la selva y la sierra.

Fonte: http://www.larepublica.com.co/archivos/TENDENCIAS/2010-12-16/las-piezas-de-machu-picchu-por-fin-regresan-a-territorio-peruano_117631.php (16/12/2010)

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