Goma prehispánica
El Tzauhtli es un mucílago vegetal reproducido de forma experimental por el INAH, para restaurar textiles.
Especialistas mexicanas desarrollaron una técnica para la restauración de textiles antiguos, basada en la reproducción de un adhesivo natural que era usado en la época prehispánica llamado tzauhtli, que ayuda a dar mayor estabilidad a este tipo de bienes culturales con alto grado de deterioro.
Esta goma vegetal ha sido utilizada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en la exitosa restauración de diversas banderas históricas: los dos lienzos usados por las tropas del general Isidro Barradas durante el intento de reconquista española, en 1829; y el blasón de la de la Guardia Nacional del Batallón Matamoros de Morelia, utilizada en 1847 durante la defensa del Castillo de Chapultepec, tras la invasión de Estados Unidos.
El desarrollo e investigación de la técnica fue realizada en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), del INAH, donde desde hace más de una década se comenzaron las pruebas experimentales con esta resina vegetal, cuyo uso además reduce notablemente los tiempos de la restauración.
Lorena Román Torres, responsable del Taller de Textiles de la ENCRyM, informó que la idea de reproducir el adhesivo se dio a partir de referencias históricas del siglo XVI, que aluden a la extracción del mucílago de algunas especies de orquídeas mexicanas, y que era usado en la época prehispánica en el arte plumario.
“En los museos del mundo, y particularmente los restauradores de textiles, han enfrentado el problema del avance tan acelerado de deterioro que sufren las piezas de este tipo, lo que hace imposible utilizar los medios convencionales de intervención como la adhesión o la consolidación por costura”.
Un medio habitual de restauración textil, dijo la especialista del INAH, es la costura, que por requerir del uso de agujas, puede propiciar la destrucción de fibras altamente deterioradas.
Ante este panorama, comentó, se consideró necesario recurrir al adhesivo experimental, cuando era imposible usar la aguja y otras gomas que podían comprometer el material o prolongar la restauración por tiempo indefinido, de tal manera que el tzauhtli nos dio buenos resultados.
“Con este adhesivo natural, recientemente intervenimos un par de banderas, una del siglo XIX y una de 1914. Ambas se encontraban prácticamente desintegradas, y los fragmentos restantes se pulverizaban con sólo tocarlos o exponerlos al viento. El tzauhtli no únicamente ayuda como adhesivo, también es un buen consolidante que le da mayor resistencia a las fibras”, ejemplificó Román Torres.
Esta goma, procedente del mucílago de orquídea, además de ser un excelente componente para consolidación y adhesión, también es reversible, con lo que se cumple una de las características esenciales que debe poseer una técnica actual de restauración, destacó.
El término tzauhtli, de acuerdo con las fuentes históricas adjudicadas a fray Bernardino de Sahagún, procede de un vocablo náhuatl, donde tzauhtli significa engrudo, y popochtli, perfume o aroma.
En años recientes la restauradora del INAH Carolusa González, realizó una investigación para abundar sobre el tema, que también formó parte de su tesis titulada Tzauhtli, mucílago de orquídeas: obtención, usos y caracterización. Posteriormente, junto con la doctora Araceli Peñas, clasificó las características de los compuestos del adhesivo vegetal.
“Sus cualidades superan a muchos de los adhesivos naturales y sintéticos usados hasta la fecha en la restauración, porque respecto de otros métodos de consolidación y de costura, es aplicable en fibras inmanipulables por su alto grado de deterioro”, aseguró Román Torres.
Con base en la experimentación de Carolusa González, desde mediados de los años 90, y la aplicación de la técnica en algunos objetos de arte plumario, textiles de seda y piezas hechas con fibras vegetales, como la palma, desde 2003 los especialistas de la ENCRyM lograron reproducir la técnica de elaboración prehispánica, hoy perfeccionada para su uso en la restauración.
El mucílago se obtiene —de acuerdo con los escritos de Sahagún, y corroborados en los numerosos ensayos realizados en la escuela del INAH—, a partir de un bulbo joven de orquídea, que se pela, rebana, machaca y se exprime para obtener la sustancia adhesiva.
Dicho líquido se coloca en placas a temperatura ambiente y se deja secar, hasta obtener un polvo blanquizco, que en combinación con otros agentes naturales se convierte en un adhesivo fuerte y en un consolidante orgánico sin fecha de caducidad.
Su aplicación, en comparación con otros adhesivos, también resulta mucho más segura al no ser tóxica, además de no requerir calor, como los de origen sintético.
Asimismo, agiliza los tiempos de restauración y da resistencia a los textiles resecos sin quitarles flexibilidad.
La goma vegetal también ha sido utilizada en la restauración del lábaro del Batallón de Toluca, de 1847, y la bandera del teniente Mariano Azueta, usada en la Defensa de Veracruz en 1914; además de un mosaico de arte plumario perteneciente al Museo Nacional del Virreinato, y una caja de palma del periodo prehispánico.
Fonte:
México, inah.gob.mx/ (29/12/2009)
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