PERU: LA RUTA MOCHE Y LAS HUELLAS DEL ORO

Por Graciela Cutuli

LIMA, 13 (ANSA) - La Ruta Moche, un itinerario turístico que recorre los principales sitios arqueológicos de la cultura mochica en el norte costero de Perú, en particular las tumbas del Señor de Sipán y la Señora de Cao, aspira a ocupar el segundo lugar en las preferencias de los visitantes después de Cusco y Machu Picchu, triplicando el número de visitantes extranjeros en los próximos cinco años.

Para lograr este objetivo contará con una fuerte inversión en infraestructura que rondará los mil millones de nuevos soles, unos 300 millones de dólares. Este itinerario recibe actualmente unos 40.000 visitantes anuales, y espera llegar a los 150.000 para 2015, comentaron fuentes del ministerio peruano de Comercio Exterior y Turismo.

La Ruta Moche puede empezar a recorrerse desde Trujillo hasta Chiclayo o viceversa, siguiendo la costa del Pacífico, donde los mochicas desarrollaron en los primeros ocho siglos de nuestra era una civilización teocrática y militar cuyas cerámicas se consideran las más bellas y avanzadas del antiguo Perú.

A la cabeza de sus distintos asentamientos se encontraban señores-sacerdotes que desempeñaban funciones militares y religiosas, según pudieron descubrir los arqueólogos a partir de los testimonios de las cerámicas y las tumbas recuperadas, a pesar del intenso ¿huaqueo¿ sufrido secularmente por los sitios arqueológicos a manos de saqueadores en busca de oro y piedras preciosas.

Uno de ellos, el Señor de Sipán, posee una de las tumbas más espectaculares halladas jamás, que los expertos consideran comparable solo con la de Tutankamón. Descubierto por el arqueólogo Walter Alva en un sitio sagrado conocido como Huaca Rajada, cerca de Chiclayo, salió a la luz en 1987 y hoy se exhibe en el Museo Tumbas Reales de Sipán, especialmente levantado para exhibir este hallazgo.

Además, en 2009 fue inaugurado un nuevo Museo de Sitio en Huaca Rajada, para exhibir la tumba número 14 hallada en el lugar (las otras 13, incluyendo al Señor de Sipán, se encuentran en el Museo Tumbas Reales). Recientemente fueron recuperadas también las tumbas 15 y 16, que están en proceso de restauración y a punto de ser expuestas en el mismo Museo de Sitio, explicó a ANSA el arqueólogo Luis Chero, uno de los principales colaboradores de Walter Alva.

Por su parte Ignacio Alva, hijo del descubridor del Señor de Sipán, encabeza los trabajos de los arqueólogos en Huaca Ventarrón, otro sitio sagrado cercano, donde según adelantó a ANSA este año será inaugurado un nuevo Museo de las Culturas de la Costa Norte del Perú.

Siempre partiendo de Chiclayo, la Ruta Moche invita a conocer el Museo Nacional Sicán de Santa Lucía de Ferrañafe, donde se exhibe el impresionante entierro del Señor de Sicán, líder de una civilización desarrollada entre los años 700 y 1300 de nuestra era, entre el predominio previo de los mochicas y el posterior de los chimú.

Aquí se encuentran dos tumbas, la Este y la Oeste, donde se descubrió el único entierro invertido del que se tiene noticia. El cuerpo del Señor de Sicán parece representar así una alegoría del nacimiento en el momento de su muerte; además junto a él fue hallado ¿explica el arqueólogo Víctor Curay, responsable del museo- un cofre repleto de objetos de oro, representativos de su importancia religiosa y política.

La Ruta Moche tiene otro hito cerca de Trujillo, unos 200 kilómetros al sur de Chiclayo, donde fue descubierta en 2005 en el Complejo Arqueológico El Brujo la momia impecablemente conservada de la Señora de Cao. El sitio es muy visitado también por quienes buscan acercarse a los antiguos rituales chamánicos aún practicados con regularidad en la zona. El descubrimiento de la Señora de Cao permitió descubrir el papel de las mujeres en la élite gobernante mochica, y asombró al mundo por la riqueza de su ajuar funerario. Hoy se la exhibe, cuidadosamente reflejada en un espejo, en un museo especialmente construido junto al sitio del hallazgo, cerca del pueblo de Magdalena de Cao. La Ruta Moche se completa recorriendo, siempre cerca de Trujillo, la Huaca de la Luna, un centro ceremonial íntegramente de adobe dedicado al dios de la montaña Ai Apaec. En junio del año pasado fue abierto aquí el nuevo Museo Huacas de Moche, que exhibe refinadas cerámicas elaboradas por el pueblo indígena y hallados en los entierros.

Muy cerca también la ciudadela de barro de Chan Chan, construida por los chimú, los herederos de los moches, revela la riqueza de estas civilizaciones preincaicas. Aquí, como subraya el responsable del proyecto Cristóbal Campana, se desarrolló una cultura que adoró a la luna por su capacidad de aparecer en el cielo de día y de noche, ejerciendo un influjo sobre las mareas que ellos consideraron mágico. Finalmente, la Ruta Moche puede concluir en las pirámides de Túcume, esta vez en el extremo norte del itinerario, donde se aprecian testimonios de la ocupación moche, la posterior chimú y finalmente los incas llegados desde sus ciudadelas de piedra andinas.

GAT

Fonte: http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/notiziari/peru/20110113181235203592.html (13/01/2011)

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